En Argentina, hablar de "clase media" implica referirse a un sector clave que impulsa el consumo, promueve la movilidad social y transmite valores ligados al esfuerzo y la educación. Sin embargo, en los últimos años esta categoría dejó de ser uniforme y hoy engloba formas de vida y niveles económicos que varían notablemente.
Para dimensionar esta diversidad, Focus Market desarrolló una clasificación que divide a la clase media en tres subgrupos: Media Baja (MB), Media Media (MM) y Media Alta (MA). A partir de esta segmentación, se diseñaron canastas específicas para cada nivel, que incluyen rubros esenciales como alimentos, vivienda, higiene, tecnología, educación, salud, vestimenta, transporte, servicios, seguros y recreación.
El estudio también incorporó un margen para imprevistos ajustado a la capacidad económica de cada grupo: un 3% para la Media Baja y un 5% para Media Media y Media Alta. Además, se consideró un margen de ahorro que varía según el segmento: inexistente en MB, entre 5% y 10% en MM, y de 15% a 20% en MA.
Los resultados exhiben una disparidad notable dentro de lo que comúnmente se denomina "clase media". Mientras algunos hogares necesitan alrededor de $2,4 millones mensuales para mantener su nivel de vida, otros requieren más de $11 millones, casi cinco veces más. Esto evidencia que hablar de una única clase media ya no refleja la realidad.
En la Media Baja, la vida cotidiana está marcada por limitaciones económicas. El 50% del gasto mensual se destina a alimentos y vivienda, con un consumo ajustado a un departamento modesto en Zona Sur, expensas básicas y equipamiento tecnológico mínimo, como un Smart TV y dos celulares de gama media baja. La canasta alimentaria refleja hábitos reales de consumo, distintos a los del INDEC, representando cerca del 24% del gasto total.
En este segmento, la salud pública gratuita sustituye a la medicina privada, por lo que el gasto en salud es nulo. En cuanto al transporte, predomina el uso del colectivo, tren y subte, incluso si se posee un automóvil, para contener costos. La recreación es limitada, con una única escapada anual que consume casi la mitad del presupuesto destinado al ocio, y no existe capacidad de ahorro.
La Media Media presenta una canasta más equilibrada y diversa. Aquí crecen significativamente los gastos en educación y salud, con hijos que asisten a colegios semiprivados y hogares con obra social sindical o prepagas de costo medio. Los rubros de hogar, tecnología y recreación ganan peso, reflejando un estilo de vida orientado al confort, la conectividad y actividades culturales. Las familias pueden planificar vacaciones anuales en la costa argentina y destinan recursos a actividades extracurriculares para los niños.
En la Media Alta, los gastos aumentan en casi todos los rubros. La educación es completamente privada, la salud se cubre con planes más completos y costosos, se requieren dos autos para la movilidad diaria y la vivienda es más amplia o mejor ubicada. La tecnología del hogar es de gama alta y la recreación incluye varias actividades extracurriculares y al menos un viaje al exterior anual para toda la familia. Este segmento es el único con capacidad estable de ahorro o inversión, entre el 15% y el 20% del ingreso.
Este análisis pone en evidencia que la clase media argentina es un territorio fragmentado, donde conviven realidades muy distintas. Más allá de ser un dato estadístico, esta brecha representa un desafío estructural para el país.
Una clase media fuerte, con capacidad de consumo, ahorro, educación y salud, es fundamental para el desarrollo económico y social. Además, la experiencia internacional indica que donde la clase media es robusta hay mayor confianza social, menos conflictividad, estabilidad política y mayor bienestar.
Por ello, en un contexto de estabilización macroeconómica, no basta con que los precios se ordenen: se requieren políticas que amplíen la clase media hacia arriba, fortaleciendo su poder adquisitivo y calidad de vida, en lugar de permitir que se deslice hacia abajo.
Fortalecer a la clase media no es solo un objetivo sectorial, sino una condición indispensable para sostener el crecimiento y desarrollo del país.