El Gobierno de Javier Milei presentó un plan para modificar el sistema de subsidios residenciales en energía a partir de 2026, buscando un esquema único y focalizado que abarque electricidad, gas natural, garrafas (GLP) y gas propano por redes en todo el país.
Esta iniciativa reemplazará la actual segmentación por niveles (N1, N2 y N3) y los programas separados, como el Programa Hogar y la Tarifa Social de Gas, con un régimen simplificado que distinguirá únicamente entre hogares que recibirán subsidios y aquellos que asumirán el costo total del servicio. El propósito es transparentar el precio real de la energía, aumentar la proporción que pagan los usuarios y fortalecer la disciplina fiscal.
La Secretaría de Energía abrió una consulta pública de quince días hábiles para recibir comentarios sobre el proyecto, publicado en el Boletín Oficial. Los beneficiarios actuales podrán actualizar sus datos mediante declaración jurada si lo consideran necesario. Según el equipo económico, la reciente estabilidad política tras la victoria legislativa de La Libertad Avanza facilita este reordenamiento desde el próximo año.
El acceso al subsidio quedará restringido a hogares con ingresos inferiores a tres Canastas Básicas Totales (CBT), equivalentes a $3.641.397 mensuales. Este límite es más estricto que el vigente y mantiene exclusiones por criterios patrimoniales, por ejemplo, quienes posean embarcaciones o propiedades adicionales no podrán acceder.
Las personas registradas en el Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE) serán migradas automáticamente al nuevo sistema, con opción de actualizar su información. Los usuarios de gas propano diluido por redes o garrafas de GLP de 10 kilos que aún no estén inscritos deberán registrarse a partir de enero en el sitio oficial www.argentina.gob.ar/subsidios.
Actualmente, el subsidio estatal se aplica como una bonificación sobre el precio de la energía consumida, complementando cargos de distribución, transporte e impuestos. El nuevo modelo eliminará la segmentación en tres niveles, dejando solo dos categorías: hogares subsidiados y hogares que pagarán el precio pleno sin bonificación.
La cobertura para los beneficiarios será del 50% del costo de la energía en los meses de mayor consumo, con una bonificación menor en el resto del año. En electricidad, los hogares elegibles recibirán un descuento base del 50% sobre un bloque de 300 kWh por mes en invierno y verano, y de 150 kWh en primavera y otoño. Para el gas natural por redes, el subsidio cubrirá la mitad del precio solo entre abril y septiembre, sin bonificación en los demás meses. El bloque subsidiado de gas se definirá según la región, manteniendo criterios estacionales.
Para usuarios de garrafas y gas propano, el subsidio será una transferencia directa mediante billeteras virtuales. Las cerca de 3,3 millones de familias que hoy reciben el Programa Hogar serán migradas automáticamente y conservarán la protección estatal bajo reglas más claras y uniformes. Además, quienes usen gas propano por redes y no estén inscriptos podrán anotarse desde enero.
El subsidio para garrafas cubrirá el equivalente a media garrafa por mes durante todo el año, y una garrafa adicional en invierno. El monto se acreditará como bonificación directa tras la compra, a través de sistemas de pago electrónico como Mercado Pago.
La transición será gradual: en enero de 2026, se aplicará una bonificación extraordinaria adicional del 25% para ambos servicios, alcanzando un máximo del 75% en electricidad y 25% en gas. Este plus se irá reduciendo mensualmente hasta desaparecer en diciembre de 2026, para evitar aumentos abruptos en las facturas durante los meses de mayor demanda.
Las facturas mostrarán el costo real de la energía, ya que desde 2026 los valores PIST (gas) y PEST (electricidad) reflejarán los costos efectivos de producción, eliminando márgenes y subsidios indirectos. El precio mayorista del gas será único y plano, fijado en 3,80 dólares por millón de BTU durante todo el año, neutralizando aumentos estacionales. La electricidad tendrá un precio alineado con el valor monómico de generación, estimado en 75 dólares por megavatio-hora.
El Gobierno identificó y corrigió 2.590.000 casos de usuarios que recibían subsidios sin cumplir los requisitos, incluyendo 370.000 solicitudes a nombre de personas fallecidas y 15.518 hogares en barrios privados que accedían ilegítimamente. La intención es eliminar distorsiones y destinar recursos a quienes realmente lo necesitan.
El objetivo fiscal es reducir el gasto en subsidios energéticos a 0,5% del PBI en 2026, equivalente a unos USD 3.000 millones, frente al 0,65% previsto para 2025 y el 1,5% heredado en 2023. Se estima que los hogares asumirán en promedio el 76% del costo eléctrico y el 79% del costo del gas. El 80% de los hogares de menores ingresos pagarán menos de $34.000 por gas en el mes más frío, y el 87% menos de $38.000 por electricidad en el pico estacional.
Las zonas frías conservarán regímenes y beneficios diferenciales, sujetos a la definición final del Presupuesto 2026. La asistencia estatal dejará de ser generalizada y se focalizará en hogares vulnerables, promoviendo actualizaciones dinámicas de datos y auditorías para garantizar el acceso justo al beneficio.
El Ministerio de Economía señaló que esta reducción de subsidios irá acompañada de una actualización gradual de tarifas y focalización de la ayuda para minimizar el impacto en las facturas promedio durante la transición. Asimismo, descartó cortes generalizados en el sistema eléctrico para el próximo verano, aunque alertó sobre posibles riesgos en zonas con redes deficientes.
Finalmente, la Resolución 1909/2025, firmada por Luis Caputo, incrementa el recargo aplicado al precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), lo que impactará directamente en las facturas domésticas a nivel nacional.