Nació prematura cuando el mundo se cerraba por la pandemia, perdió a su mamá en el parto, recibió un trasplante de hígado antes de los dos años y superó un cáncer. Esta semana, Pía celebró su cumpleaños número cinco. Por primera vez, sin estar internada, rodeada de amigos, juegos y globos. Su historia es un testimonio de fuerza, amor y esperanza.