Mientras estrena "Llullaillaco, en la piel del pasado", Guillermo Glass logró recorrer el mundo haciendo audiovisual de alta montaña. De las caminatas con el Club Andino Esquel a Dhaulagiri, empezó a contar historias que lo desafían como realizador y como expedicionario. Las cámaras son los únicos equipos que lleva a las alturas y apuesta por inspirar a quienes miran sus documentales, a reconectar con el entorno natural.