Gran cantidad de juguetes nuevos fueron entregados en los barrios más vulnerables, transformando la previa de la Navidad en un encuentro inolvidable de amor y solidaridad.
Este martes 23 de diciembre no fue un día cualquiera en los barrios de San Carlos de Bariloche. Mientras el aire navideño envolvía las calles, la campaña solidaria “Un regalo por una sonrisa” se materializó en miles de gestos de cariño. La iniciativa, impulsada por la gestión municipal y nacida de la propuesta del delegado del Cerro Catedral, Gastón Muñiz, -con el acompañamiento de la Subsecretaría de Deportes, a cargo de Matías Torres, y demás áreas municipales comprometidas- logró su noble cometido: que la magia de un obsequio llegue a cada rincón donde habita un niño.
En las instalaciones del Gimnasio Municipal N°3 “Alberto G. Icare”, la comunidad demostró que la generosidad de Bariloche no tiene límites, acumulando una gran cantidad de juguetes nuevos. Cada paquete donado por vecinos y empresas locales representaba una promesa de felicidad que hoy, finalmente, llegó a las manos de sus pequeños destinatarios en los sectores más vulnerables de la ciudad.
No se trató solo de un acto institucional, sino de un momento de conexión humana profunda, donde las risas infantiles fueron el mejor agradecimiento a una gestión que puso la mirada en el bienestar social.
La alegría de los chicos y chicas fue el motor de la jornada. Al recibir sus juguetes —todos nuevos, completos y elegidos con cuidado para garantizar su dignidad— sus rostros se iluminaron con esa luz especial que solo la Navidad sabe encender. Para muchos de ellos, este regalo representa la validación de que sus sueños son importantes y que toda una comunidad está presente para acompañarlos y celebrar su infancia.
Un aspecto fundamental de la campaña fue la conciencia detrás de cada donación. Bajo la consigna de entregar juguetes no bélicos y que no requirieran pilas, se buscó fomentar juegos que promuevan la paz y la creatividad. Este cuidado en los detalles aseguró que cada entrega fuera segura y significativa, respetando el derecho de cada niño a jugar en un entorno de armonía y sana diversión.
La participación de la ciudadanía superó todas las expectativas iniciales, demostrando que Bariloche es una ciudad que sabe abrazar a los suyos en los momentos más sensibles. El éxito de la colecta es el resultado de un trabajo conjunto entre autoridades, el sector privado y vecinos de a pie que, conmovidos por el espíritu de las fiestas, decidieron convertir su generosidad en un puente hacia la felicidad de otros.
A medida que los camiones y equipos municipales avanzaban por los distintos barrios, el clima de fiesta se contagiaba. No solo se entregaron objetos; se entregó esperanza y el sentido de que nadie está solo en estas fechas. La presencia del Estado municipal en el territorio reafirmó el compromiso de trabajar por una ciudad más justa, donde la prioridad sea siempre proteger la ilusión de los más pequeños.
La jornada cerró con la satisfacción del deber cumplido y una frase que ya resuena en toda la cordillera: “Una sonrisa puede iluminar toda la ciudad”. Este martes, Bariloche brilló más fuerte que nunca gracias a esa luz colectiva, recordándonos que el verdadero sentido de la Navidad reside en la capacidad de dar y en el impacto transformador que un pequeño gesto de amor tiene en la vida de un niño.