La victoria de Fuerza Patria sobre La Libertad Avanza por una diferencia de trece puntos en las elecciones de la provincia de Buenos Aires impactó profundamente en la Casa Rosada. Desde allí, advierten que sin un cambio contundente en la estrategia política, las chances de revertir la situación serán mínimas. “Necesitamos reaccionar sin lugar a dudas. Corremos riesgo de no recuperarnos”, afirmó un integrante influyente del gobierno de Javier Milei.
La dura derrota de La Libertad Avanza (LLA) encendió las alarmas dentro del espacio libertario y abrió un debate interno que ya se replica en distintos distritos del país. El resultado electoral, considerado un golpe contundente en el principal distrito electoral argentino, generó pedidos de revisión en la estrategia política y en la conducción partidaria.
En Buenos Aires, referentes que hasta hace poco mostraban confianza absoluta en el rumbo adoptado por el espacio libertario reconocieron la magnitud del retroceso. Las críticas apuntan tanto a la falta de estructura territorial como a las tensiones internas que quedaron expuestas tras la elección.
El impacto de esta derrota también se siente en Chubut, donde varios militantes y dirigentes que venían manifestando disidencias con la conducción encuentran ahora un argumento más sólido para reclamar cambios. El descontento, que ya se había expresado en reuniones en distintas localidades como Esquel, Trelew, Comodoro Rivadavia y Rawson, se profundiza ante la evidencia de que los errores estratégicos afectan directamente la proyección provincial.
Para algunos sectores, la caída en Buenos Aires ratifica la necesidad de darle mayor autonomía a las provincias y mas democratización en la toma de decisiones, fortaleciendo un armado local que no dependa exclusivamente de las directivas de algún dirigente. Otros, en cambio, insisten en que lo que falta es disciplina partidaria y consolidación de liderazgos, evitando las divisiones que debilitan la fuerza política frente a adversarios con estructuras más sólidas.
Lo cierto es que la derrota bonaerense dejó al descubierto las fragilidades de un espacio que irrumpió con fuerza en la escena nacional, pero que enfrenta el desafío de sostenerse y crecer en un escenario cada vez más competitivo. En Chubut, el desenlace abre un nuevo capítulo en el debate libertario: entre la continuidad del rumbo actual o un giro que permita reconectar con las bases y recuperar terreno perdido.