La economía argentina enfrenta un desafío significativo, reflejado en la marcada disminución de la actividad industrial y de la construcción en marzo, con caídas del 21,2% y 42,2% respectivamente. Este retroceso no solo impacta en las cifras macroeconómicas, sino también en el día a día de los trabajadores y las empresas del sector.
La industria, que es el motor de la economía y un importante generador de empleo, ha visto cómo todas sus ramas se han contraído durante el tercer mes del año. La construcción, por su parte, no se queda atrás, cerrando el trimestre con una reducción del 30% en su nivel de actividad. Estos números son un claro indicativo de la paralización de obras públicas y la disminución del consumo, factores que afectan directamente a la estabilidad económica y social del país.
La situación actual demanda medidas urgentes y efectivas para revertir esta tendencia negativa. Es esencial que se implementen políticas que estimulen la inversión y la confianza en estos sectores, promoviendo así la recuperación y el crecimiento sostenible.