En 2025, Luján Leal de Ibarra, una joven originaria de Comodoro Rivadavia, Chubut, está a punto de recibirse de ingeniera aeroespacial en Boulder, Colorado, Estados Unidos. Su pasión por el espacio comenzó cuando tenía ocho años y vio la película Apolo 13 junto a su hermano mayor, quien le propuso verla. La historia de tres astronautas enfrentando un fallo en su misión lunar y logrando regresar a salvo la fascinó y marcó su futuro profesional.
“Sentí una especie de miedo y a la vez, me gustaba ver que estaban en medio de ese problema, de ese fallo total de la misión, y que podían resolverlo. Era muy chica, nunca había pensado que se podía tener un problema camino a la Luna, y mucho menos había pensado que ese problema podía solucionarse un poco desde nuestro planeta y otro poco desde la nave espacial”, relató Luján desde San Juan, donde pasó las fiestas con su familia ampliada.
Luego de investigar las opciones educativas, Luján decidió que para estudiar ingeniería aeroespacial debía buscar oportunidades fuera de Argentina, ya que las carreras específicas en este campo eran limitadas o inexistentes en el país. Así, aplicó a nueve universidades estadounidenses y fue aceptada en tres, consiguiendo además una beca de una fundación privada argentina que cubre sus estudios y alojamiento.
Elegida la Universidad de Boulder por su prestigio y ubicación, Luján llegó a Colorado en agosto de 2022. Allí se encontró con un ambiente universitario diverso y una comunidad estudiantil mayormente estadounidense. Además de sus estudios, es ayudante de cátedra en astronáutica y embajadora de la carrera, y participa en Space Grant, un consorcio espacial vinculado a la NASA que desarrolla proyectos de investigación, entre ellos un satélite para detectar basura espacial.
Su formación incluye también la obtención de la licencia de piloto privado, un requisito fundamental para quienes aspiran a participar en misiones espaciales. A futuro, planea comenzar un posgrado en bioastronáutica, especialidad que estudia la vida humana en el espacio y la comunicación con la Estación Espacial Internacional.
El sueño más grande de Luján es viajar a la Estación Espacial Internacional y realizar una caminata espacial. Aunque sabe que ingresar a la NASA o a empresas como SpaceX es complicado para extranjeros por temas de ciudadanía, también contempla la opción de representar a Argentina en misiones espaciales a través de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), aunque reconoce que el costo de estas misiones es sumamente elevado.
“Para conservar la beca, tengo que tener un promedio de 8 o más y una asistencia regular a las clases”, explicó Luján, quien también manifestó su interés por la astrofísica y el diseño de cohetes aeroespaciales, áreas en las que podría desarrollarse profesionalmente si no logra viajar al espacio.
Lejos de su hogar, Luján ha logrado adaptarse a su nueva vida en Estados Unidos, donde mantiene vínculos afectivos con amigos y su gata Gaara, a quien considera como una hija. Sin embargo, extraña la calidez y la sociabilidad típica argentina, especialmente la costumbre de la sobremesa y los encuentros familiares.
Su historia refleja cómo una experiencia simple, como ver una película en familia, puede despertar una pasión que lleva a una joven de la Patagonia a estudiar y trabajar en proyectos vinculados a la exploración espacial, con la mirada puesta en las estrellas y la esperanza de algún día formar parte de la historia aeroespacial.