El Ministerio de Educación de Chubut confirmó nuevamente que las vacaciones de invierno se desarrollarán en las mismas semanas que Buenos Aires y gran parte del centro y norte del país, una decisión que genera preocupación en el sector turístico. La medida concentra la mayor demanda turística en solo dos semanas de julio, en lugar de distribuirla a lo largo de todo el mes, como ocurría históricamente cuando el receso comenzaba alrededor del 9 de julio. Ese esquema permitía que en las primeras semanas viajara el turismo local y regional, mientras que en la segunda quincena arribaban visitantes del resto del país.
En este contexto también llama la atención el silencio del ministro de Turismo, Diego Lapenna. No está claro si estuvo al tanto de la decisión adoptada por Educación, pero resulta llamativo que quien además es propietario de una inversión turística —que depende directamente del éxito de la temporada— no haya advertido o intervenido frente a un cambio que impacta de lleno en la actividad. Para muchos operadores, es difícil creer que no conozca cómo lo afecta esta modificación del calendario.
A este escenario se suma un problema recurrente: la fuerte suba de precios de los pasajes aéreos durante esas dos semanas de mayor demanda. Al coincidir el receso de Chubut con el del centro y norte del país, los vuelos hacia la Patagonia se encarecen significativamente, lo que desalienta la llegada de turistas y dificulta aún más la planificación de las familias que quieren viajar.
En una provincia que aspira a consolidar el turismo como un motor económico, empresarios y trabajadores señalan que estas decisiones deberían planificarse de manera coordinada entre ministerios. Hasta el momento, el ministro de Turismo no se ha pronunciado sobre el impacto de esta modificación en el calendario escolar.
Los ya golpeados bolsillos del sector turístico reclaman previsibilidad y una planificación articulada para poder recuperar niveles de ingresos que aún no logran estabilizarse.