En el marco del ciclo Info Cordilleras, dialogamos con Andrés Escurra, referente indiscutido de la danza en la Comarca Andina. Conocido por sus logros y actuaciones junto a Raíces Sureñas, en esta entrevista se abre paso al costado del escenario para contarnos su historia de vida, sus raíces y sus sueños.
Hablar de folclore en El Bolsón es hablar inevitablemente de Raíces Sureñas. Pero detrás de cada presentación, de cada campeonato y de cada aplauso, hay una vida que se fue moldeando entre viajes, sacrificios, anhelos y familia. Esa vida es la de Andrés Escurra, bailarín, profesor, padre, compañero, y sobre todo, un apasionado incansable por la danza.
Nacido en El Bolsón en 1985, Andrés vivió parte de su infancia en Bariloche, donde comenzó a dar sus primeros pasos en el folclore. “Un día mi papá llegó y nos dijo a mí y a mis hermanos: ‘van a empezar folclore’. Yo ni sabía lo que era. Fuimos una tarde… y nunca más lo dejamos”, recuerda.
La pasión lo llevó a formar parte del prestigioso ballet Tolkeyen, donde aprendió que la danza era mucho más que pasos y coreografías: era comunidad, era esfuerzo compartido, era entrega. Allí tuvo como profesor a Carlos Parra, hoy director de Cultura de El Bolsón, con apenas unos años de diferencia en edad.
En 2006, ya de regreso definitivo en su pueblo, Escurra entendió que era momento de dar un paso más. Intentó sumarse a distintos grupos, pero no lograba sentirse en casa. Entonces tomó una decisión que marcaría un antes y un después: crear su propio ballet. Así nació Raíces Sureñas, que en 2025 cumplirá 12 años. “Con 30 años dije: ‘voy a tener mi grupo porque entiendo la responsabilidad que significa’. Y desde entonces nunca más paramos”, cuenta con orgullo.
El folclore como camino y como escuela de vida
El grupo creció entre viajes, festivales, competencias y largas jornadas de ensayo. En cada paso, Escurra encontró el verdadero sentido de la disciplina: “Siempre ganás. Ganás experiencia, vivencias, aprendizaje. Cuando volvés de un certamen no sos el mismo artista, porque viste a otros, otros te vieron a vos y ese intercambio te transforma”.
Raíces Sureñas también se convirtió en un espacio de formación para niños y jóvenes, donde se enseña no solo danza, sino compromiso. “Acá un chico entra a las 10 de la mañana del domingo y sale a las 8 de la noche. Es sacrificio, y no todos lo aguantan. Pero quienes se quedan descubren que el esfuerzo vale la pena”.
El nombre del grupo surgió casi por casualidad, tomando mate en su casa: “dije Raíces Sureñas y quedó. Después vimos que había otros grupos con nombres parecidos, pero este nos marcó y hoy nos identifica en todo el país”.
Entre certámenes, sueños y familia
Uno de los hitos en la trayectoria de Escurra y su grupo fue haber logrado que El Bolsón sea sede de un certamen competitivo de folclore. Durante años viajaron por todo el país, observando, aprendiendo, y anotando lo mejor y lo peor de cada festival. Con ese bagaje, se animaron a organizar su propio encuentro, un desafío titánico en una localidad que no cuenta con la infraestructura de grandes ciudades. “Recibimos el polideportivo un jueves a la noche y el viernes ya tiene que estar montado el escenario, el sonido, todo. Y en 24 horas, desarmar. Es un trabajo enorme, pero lo hacemos entre todos, padres, bailarines, profesores. La comunidad responde y el pueblo se llena de vida”, describe.
El gran objetivo, sin embargo, tiene nombre propio: Laborde, el festival de bailarines tradicionales más importante del país. Allí llegaron en 2023 y obtuvieron un histórico segundo puesto a nivel nacional. Este año volverán a intentarlo, con la ilusión intacta. “Con Lore —su pareja en la vida y en la danza, Lorena Chavarino— llevamos 10 años buscando este sueño. Creemos que es nuestro momento”.
La familia es parte central de la historia. Sus hijos, Antonella (17) y Lolo (10), también abrazaron la danza. “Lolo nació en este ambiente. A veces nos sorprende con observaciones que a sus 10 años son de alguien que se crió entre escenarios. Antonella ya es campeona provincial y viaja a Córdoba a competir. Ellos también hacen su camino”.
Mirando hacia adelante
Con el mismo compromiso que lo llevó desde aquel niño que no sabía qué era el folclore hasta convertirse en referente, Andrés piensa en el futuro: “Hoy somos bichos de competencia, nos encanta. Pero también disfrutamos de viajar, dar seminarios en otros países, compartir con públicos diferentes. Quizás en unos años nos veamos más tranquilos, viajando dos o tres veces al año a enseñar. Es un sueño que ya empezamos a construir”.
Cuando se le pide que elija “su” baile, no duda: el Valsecito cordillerano. “Ese es el que nos identifica, el que nos llevó a ganar un campeonato nacional en 2022, el que nos dio tantas satisfacciones. En todo el país nos reconocen por ese valsecito. Para nosotros es como la cima del Everest”.
Andrés Escurra encontró en el folclore no solo una pasión, sino un modo de vida que lo atraviesa en lo personal, lo artístico y lo familiar. Raíces Sureñas es hoy un grupo que representa a El Bolsón en cada escenario, pero sobre todo, es la huella viva de una historia que sigue bailando hacia adelante.