El subcomisario Víctor Escobar, titular de la Comisaría 12° de El Bolsón, confirmó que se han registrado dos denuncias por daño y sustracción de alambre perimetral en el predio del aeródromo local, donde recientemente se había instalado un nuevo cerco de seguridad.
El hecho no solo representa un ataque directo a la propiedad pública, sino que deja al descubierto la falta de control y vigilancia en una zona clave: el acceso norte a la ciudad, sobre la Ruta Nacional 40, una vía muy transitada por vecinos y visitantes. Y, sin embargo, nadie vio nada.
“El robo se produjo en el sector más alejado, casi zona rural, donde no hay cámaras ni vecinos cercanos”, explicó Escobar, reconociendo que la investigación es compleja por la ausencia total de registros fílmicos o testimoniales. A esto se suma que no existen cámaras de seguridad en los ingresos a barrios aledaños, como Luján, ni en la propia traza de la ruta nacional.
Ante esta situación, la policía dispuso una consigna fija en el lugar con el objetivo de prevenir nuevos ataques al alambrado y resguardar lo poco que queda en pie.
Lo más indignante es que se trata de una obra reciente, realizada con fondos públicos, destinada a reforzar la seguridad y el orden del predio. Pero la impunidad con la que se cometió el robo –en dos oportunidades y a plena luz del día– vuelve a poner sobre la mesa la fragilidad del control territorial y la falta de compromiso de algunos sectores de la comunidad.
La causa está en manos de la Brigada de Investigaciones. Mientras tanto, la pregunta sigue sin respuesta: ¿cómo es posible que nadie haya visto nada?