Hoy se conmemoran 16 años de la erupción del volcán Chaitén, un evento que marcó profundamente a la región de Esquel y sus alrededores. El 2 de mayo de 2008, el volcán Chaitén, situado a solo 950 metros sobre el nivel del mar y a 10 kilómetros al noreste de la ciudad homónima en Chile, entró en una violenta erupción. La ceniza volcánica se elevó hasta 40 kilómetros de altura y se dispersó a través de la Patagonia argentina, llegando incluso hasta Buenos Aires.
La ciudad de Chaitén fue evacuada completamente debido a la contaminación atmosférica y los daños a la infraestructura. Además, el río Blanco se desbordó, exacerbado por el deshielo y el aumento del caudal de las aguas. En la provincia de Chubut, la erupción provocó un sismo de 5 grados en la escala de Richter, aunque afortunadamente no hubo heridos. Los temblores se sintieron en áreas cercanas al Parque Los Alerces y Trevelin.
La nube de ceniza oscureció el cielo de Esquel, y la visibilidad se redujo drásticamente. Se formó un comité de emergencia para monitorear la situación y se tomaron medidas preventivas, como el cierre de colegios y aeropuertos. Los vuelos hacia Esquel fueron suspendidos, y no fue hasta agosto que la actividad aeroportuaria comenzó a normalizarse.
Este aniversario sirve como un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y la resiliencia de las comunidades afectadas. La erupción del volcán Chaitén es un capítulo importante en la historia de la región, y su legado sigue presente en la memoria colectiva de sus habitantes.