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8 de Diciembre de 2025

El 42% de los argentinos cree que su situación económica es peor que la de sus padres

Un informe revela que la percepción negativa se concentra en los sectores más vulnerables, aunque la mayoría confía en que sus hijos tendrán mejores oportunidades.

Por Redacción

Lunes, 08 de diciembre de 2025 a las 06:00

Según un reciente estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), el 42% de los argentinos considera que su situación económica actual es inferior a la que tenían sus padres. Esta percepción negativa está principalmente arraigada en los sectores socioeconómicos más bajos y responde a una década marcada por crisis recurrentes y un deterioro social notable.

El mismo informe señala que, a pesar de esta visión pesimista sobre su presente, el 82% de las personas cree que sus hijos o nietos contarán con más oportunidades. Esta expectativa optimista se manifiesta con mayor intensidad en los grupos más vulnerables.

Complementando estos datos, un estudio de la Fundación Pensar confirma que actualmente un mayor porcentaje de argentinos se siente en una situación económica peor que la de sus padres (41% contra 27% que consideran estar igual o mejor). En particular, solo un 25% de jóvenes y adultos entre 16 y 49 años perciben una mejora respecto a la generación anterior, mientras que entre quienes superan los 50 años este porcentaje asciende al 30%.

La economista Nuria Susmel, de FIEL, explica que, en términos macroeconómicos, el panorama es más complejo. Destaca que el PBI per cápita promedio de la última década supera en un 25% al de los años 90 y que el salario real formal también presenta mejores niveles, junto con una reducción en la tasa de informalidad laboral y un aumento en el empleo asalariado formal. Estos indicadores sugieren que, en promedio, la generación actual no estaría en una situación peor que la anterior.

No obstante, Susmel advierte que, en los últimos años, entre 2020 y 2025, el PBI per cápita cayó casi un 10% en comparación con el período 2010-2019, el salario real formal se redujo cerca de un 20%, y la proporción de asalariados formales disminuyó. Además, el acceso al crédito para la vivienda se ha vuelto más difícil, lo que contribuye a que muchos argentinos perciban una situación económica más limitada que la de sus padres.

En el ámbito laboral, la precarización afecta especialmente a los jóvenes. Durante el primer trimestre de 2025, la tasa de informalidad para trabajadores entre 16 y 24 años alcanzó el 63%, casi 21 puntos porcentuales más que el promedio general. Esto significa que 6 de cada 10 jóvenes tienen empleos en negro, situación que agrava su percepción de inseguridad económica.

Por su parte, Jorge Colina, presidente del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), sostiene que la sensación de que los jóvenes están peor que sus padres se debe a un proceso de decadencia económica que atraviesa Argentina desde principios de los años 70. Según Colina, “Hace 15 años que la economía está estancada y hemos pasado ya por 3 hiperinflaciones. Vivir 50 años así provoca que los adultos pensemos de que los jóvenes viven peor que cuando nosotros éramos niños. Pero lo cierto es que ellos ya tienen otras expectativas y no se fijan si sus padres tuvieron más o menos oportunidades”.

El experto también señala que la dificultad para acceder a la vivienda propia es un factor clave en esta percepción. “La comparación suele hacerse cuando una persona busca estabilidad alrededor de los 40 años y observa que sus padres pudieron comprar una casa, algo que hoy resulta inalcanzable para muchos”, explicó.

En cuanto a las expectativas de futuro, el informe de la UCA revela que más del 40% de los argentinos anticipa una situación económica peor para el país en 2026, aunque solo un 24% prevé un empeoramiento para su familia o para sí mismo. Además, las perspectivas más negativas se concentran en los estratos socioeconómicos más bajos, donde la brecha entre lo que esperan para el país y para sus propias vidas es menor.

Finalmente, Daniel Artana, director de FIEL, advirtió que el principal desafío para el Gobierno es mantener la estabilidad económica y avanzar en reformas estructurales sin afectar el empleo formal. En diálogo reciente, evaluó avances como la baja de la inflación y la eliminación del déficit fiscal, pero también advirtió sobre riesgos en las reservas y el tipo de cambio, además de las dificultades para generar puestos de trabajo formal.