El Gobierno argentino respalda la construcción de un alambrado de 200 metros en la frontera con Bolivia, en la ciudad de Aguas Blancas, con el objetivo de poner fin al caos y reforzar el control en este punto crítico de la frontera.
Según el interventor de la localidad, Adrián Zigarán, esta medida responde a una solicitud del Ministerio de Seguridad del Gobierno argentino. El plan contempla la construcción de un cerco perimetral que abarcará desde la terminal de buses hasta los puestos de control del Puerto de Chalanas, en Aguas Blancas, para asegurar que todas las personas que entren y salgan del país realicen los trámites migratorios.
Previo a la implementación del Plan Güemes, el cruce fronterizo en Aguas Blancas era tierra de nadie, con presencia de narcotráfico, sicariato, muertes y descontrol. Esta medida busca eliminar el bypass que permitía eludir los controles de la Gendarmería Nacional y reforzar los controles existentes para combatir el ingreso de cocaína a través de la frontera.
El Gobierno argentino considera que esta medida contribuirá a cuidar a los argentinos del narcotráfico y a recuperar el control en la zona. La construcción de este alambrado ha generado preocupación en el Gobierno de Bolivia, aunque las autoridades argentinas aseguran que hay un diálogo bilateral establecido para tratar temas fronterizos y que esta medida busca fortalecer la buena vecindad y la convivencia pacífica entre ambos países.