La elección legislativa de 2025 en Argentina se presenta como un momento sin precedentes en la historia democrática del país, marcado por la fragilidad del gobierno de Javier Milei y la complejidad política que supera el mero reparto de bancas en el Congreso. Este proceso electoral, que se desarrolla en un contexto de recesión y descontento social, tiene la intensidad y el dramatismo de una elección presidencial.
En los últimos días, la incertidumbre se ha apoderado incluso de las élites económicas. Dos destacados empresarios vinculados a la Asociación Empresaria Argentina contactaron a un dirigente peronista con influencia territorial para sondear el clima social en el conurbano bonaerense, reflejando la preocupación que genera el desenlace electoral.
El peso de Milei en la contienda es un factor central. Aunque su fuerza política dominó con un 56% en el balotaje hace dos años y logró el respaldo de 14 millones de votantes, hoy su gobierno enfrenta una crisis profunda. El informe del grupo financiero Adcap destaca que el mercado ajustó sus expectativas tras las elecciones en Buenos Aires y que el pánico solo se activaría si Milei obtiene menos del 31% de los votos a nivel nacional, una cifra que refleja la volatilidad de su apoyo.
Por su parte, el oficialismo llega debilitado, con una economía en retroceso que combina caída del consumo, cierre de empresas y pérdida de empleos, incluso en sectores tradicionalmente rentables. Los datos oficiales muestran que hasta el sector financiero comenzó a registrar pérdidas en agosto, lo que agrava la situación de amplios sectores de la población.
El Gobierno debe enfrentar además el desafío de mantener la lealtad de sus votantes y lograr que sus candidatos logren un buen desempeño, en un contexto donde el ausentismo electoral y las terceras opciones políticas complican aún más el panorama.
Alternativas y apuestas opositoras proliferan en la derecha y el centro. El armado Provincias Unidas, liderado por Juan Schiaretti y Maximiliano Pullaro, junto a cinco gobernadores y apoyos empresariales, busca capitalizar el descontento con Milei. También Ricardo López Murphy y María Eugenia Talerico intentan rescatar a la derecha dura. En la oposición, el Frente de Izquierda y el Movimiento Ciudadano representan opciones progresistas que podrían influir en el resultado.
Milei basa sus esperanzas en dos grandes factores para evitar una derrota electoral: la persistencia del antiperonismo, que históricamente ha movilizado a millones en contra del peronismo, y el llamado “voto vergüenza”, que podría reflejar la intención de algunos votantes de ocultar su apoyo al oficialismo por temor al estigma social.
La elección no solo definirá la composición del Congreso sino que también tendrá consecuencias inmediatas para la gobernabilidad y el rumbo político. La sobrevida del gobierno de Milei, que parecía liquidado en círculos de poder nacional e internacional, se sostiene por una combinación de factores geopolíticos y financieros externos, con un centro de poder que se ha desplazado fuera del país.
En este contexto, el rol del lobbista republicano Barry Bennet y la influencia del trumpismo cobran relevancia. En reuniones recientes con dirigentes opositores, Santiago Caputo manifestó su disposición a asumir un papel más activo, en línea con las presiones que llegan desde Washington para sostener el esquema actual.
El reemplazo del canciller Gerardo Werthein por Leonardo Scaturicce y el ascenso de Pablo Quirno en la Cancillería reflejan la fragmentación y la falta de autoridad dentro del gobierno libertario. La incapacidad del núcleo duro para ceder posiciones dificulta la construcción de consensos necesarios para gobernar.
Un evento destacado fue la cumbre global de JP Morgan en Buenos Aires, que simbolizó un salvataje con tintes casi de invasión. La presencia de Jamie Dimon, CEO del banco, y figuras como Tony Blair y Condolezza Rice, subraya el peso de actores internacionales en la escena argentina. JP Morgan podría participar en un canje de deuda con educación, una operación que, aunque limitada, resulta atractiva para los involucrados por las elevadas comisiones.
Este panorama evidencia que la aventura política de Milei y sus promotores será recordada como un capítulo singular en la historia argentina, marcado por la renuncia a una política exterior autónoma y la dependencia de potencias externas. El resultado electoral del 2025 es, por tanto, mucho más que un simple acto democrático: es una prueba de la viabilidad de un modelo político y económico que enfrenta desafíos internos y externos sin precedentes.