El Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierda obtuvo una sorpresiva mayoría en las elecciones legislativas de Francia, según diversos institutos de sondeos. Con entre 160 y 215 diputados, el NFP se convirtió en el mayor grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, dejando atrás al bloque macronista y relegando a la ultraderecha de Marine Le Pen a la tercera posición, con 115-152 escaños. Estos resultados fueron inesperados, ya que la ultraderecha lideraba los sondeos tras ganar holgadamente en la primera vuelta. Sin embargo, al cierre de los centros de voto, el NFP emergió como el ganador, dejando claro su poder en estas elecciones.
El líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, exigió al presidente Emmanuel Macron la designación de un primer ministro proveniente de la coalición de izquierdas que triunfó en estas elecciones. Mélenchon celebró ante una multitud la victoria de la izquierda y calificó el resultado como un "alivio" ante la derrota anunciada de la extrema derecha. Además, consideró que estos resultados confirman la derrota del presidente y de su coalición, instándolo a no intentar evadir su fracaso con argucias. Mélenchon dejó en claro que el primer ministro debe ser del Nuevo Frente Popular y que solo debe aplicar su programa.
En este sentido, Mélenchon sostuvo que el nuevo gobierno debe implementar su programa "por decreto", haciendo hincapié en medidas como la derogación de la reforma de las pensiones aprobada por Macron el año pasado, establecer el bloqueo de precios en algunos productos y aumentar el salario mínimo. Las demandas del líder de la izquierda contestaria demuestran su posición firme y su rechazo a entablar negociaciones con la coalición de Macron. Está claro que la izquierda ha ganado terreno en estas elecciones y Mélenchon busca aprovechar esta victoria para impulsar sus políticas y lograr cambios reales en el país.