El controvertido empresario y político, Donald Trump, ganó las elecciones en los Estados Unidos y volverá a ocupar la Casa Blanca por segunda vez. La noticia fue recibida con celebraciones en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Florida, donde Trump se encontraba rodeado de familiares, asesores y simpatizantes de su partido. Su victoria se debe a los estrechos márgenes obtenidos en los "estados bisagra" como Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin, considerados clave para alcanzar la mayoría de los votos.
La actual vicepresidenta Kamala Harris, rival de Trump, queda rezagada en la contienda electoral. Además, el Partido Demócrata tuvo un rendimiento inferior al de las elecciones generales anteriores. Durante el "supermartes", el Partido Republicano también obtiene la mayoría en el Senado, lo que les otorgará mayor poder en la futura administración.
Uno de los puntos más destacados de la victoria de Trump es el respaldo popular sin precedentes que recibe, sumando más de 69 millones de votos. Este apoyo se suma a los votos obtenidos en el Colegio Electoral, lo que le permite asegurarse su llegada a la Casa Blanca. Por su parte, Kamala Harris espera los resultados en Howard University, su alma mater.
En su nuevo mandato, Trump se enfrentará a desafíos importantes en el ámbito internacional. Asia vive momentos de incertidumbre debido al incremento de la actividad militar impulsada por Xi Jinping en China. Trump posiblemente buscará establecer una cumbre con el líder chino para tratar de frenar esta escalada belicista. Sin embargo, estas negociaciones se entremezclarán con otras cuestiones clave en la relación entre ambos países, como las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos a China.
Otra preocupación en la agenda de Trump será la sangrienta invasión a Ucrania ordenada por Vladimir Putin. Será un desafío convencer al líder ruso de abandonar el territorio ocupado sin condiciones. Además, Trump tendrá que lidiar con la situación en Medio Oriente, donde Israel lleva adelante una guerra contra Hamas y Hezbollah. Irán también se ha involucrado en el conflicto, lo que podría llevar a una escalada de tensiones en la región.
El triunfo de Trump genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones internacionales y plantea la posibilidad de un conflicto mundial, considerando los delicados frentes bélicos a los que se enfrenta. Sin embargo, el presidente electo ha manifestado su intención de terminar guerras en lugar de iniciarlas. Será un desafío para Trump liderar el país en tiempos de guerra, aunque él mismo no haya sido protagonista de ningún conflicto bélico.