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13 de Octubre de 2025

Uno de cada tres argentinos con ingresos está endeudado y la deuda promedio es de 3,7 millones de pesos

Más de 11 millones de argentinos recurren a préstamos y refinanciamientos para cubrir gastos cotidianos, mientras la inflación y el aumento de servicios agravan su situación económica.

Por Redacción

Lunes, 13 de octubre de 2025 a las 11:18

En Argentina, aproximadamente uno de cada tres trabajadores con ingresos enfrenta una deuda con bancos o entidades financieras, cifra que representa a unos 11,3 millones de personas. Según datos del Banco Central y cálculos del Instituto Argentina Grande (IAG), la deuda individual promedio alcanza los 3,7 millones de pesos, un monto que para cubrirlo se necesitarían alrededor de tres salarios del sector privado registrado, el más alto del país.

Esta realidad muestra cómo para muchas familias el crédito se ha convertido en un recurso imprescindible para mantener ciertos niveles de consumo, aunque más restringidos. La combinación de recortes en gastos, sobreocupación o desempleo y endeudamiento define el día a día de millones de argentinos que intentan sobrellevar la economía actual.

Desde el IAG estiman que la mitad de los deudores tiene pasivos que oscilan entre 750.000 y 1 millón de pesos, evidenciando la magnitud del problema. Lucía, vecina de Mercedes, relata que “la deuda de la tarjeta se transformó en una bola de nieve imposible de frenar”, mientras que Ana, de Lobos, contó que tuvo que refinanciar su deuda: “Entré en un plan de pagos con el banco porque el total de la tarjeta no bajaba nunca, así que tendré que achicar más los gastos, la tasa de interés que me cobran supera el 100 por ciento”. Ana, docente con dos cargos, acumula una deuda de 1 millón de pesos que no puede cubrir con su sueldo de 1,4 millones mensuales.

El crédito se ha convertido en un "mal necesario" en un contexto donde los salarios y el empleo se encuentran en deterioro. Un informe de CP Consultora señala que en agosto los salarios de convenio del sector privado continuaron cayendo en términos reales, consolidando un retroceso respecto a principios de 2025. Además, el Indec reporta que la calidad del empleo empeoró, con mayor informalidad, subocupación y trabajo independiente.

Gilda, de Campana, describe cómo utiliza la tarjeta de crédito para cubrir gastos básicos: “La tarjeta de crédito la uso para pagar los impuestos y la comida, no para darme gustos: eso ya quedó atrás. Hoy la uso solo para los gastos fijos y voy especulando con las fechas: cuando cierra la tarjeta, aprovecho y voy al maxiconsumo para estirar un poco más el dinero”.

Un estudio del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA indica que el uso de tarjetas de crédito en supermercados aumentó del 39% al 46% del total de compras entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, reflejando la creciente dependencia de este medio de pago para cubrir necesidades básicas.

La situación de Ana, bibliotecaria en Lobos, es especialmente preocupante. Ella confiesa: “Le debo al banco más de un millón de pesos y, por supuesto, no me alcanza lo que gano para cubrirlo: trabajo doble turno en una escuela y cobro alrededor de 1,4 millones por mes. Pero la deuda se me vino encima”. Tras solicitar una refinanciación, tuvo que ajustar aún más sus gastos, enfrentando una tasa de interés superior al 100%, lo que la dejó abatida.

Los aumentos en servicios públicos también afectan a los presupuestos familiares. Gilda comenta que “los servicios aumentaron muchísimo y ahora los pago con la tarjeta de crédito. Lo que más me desajustó el presupuesto fue la luz, pero también el costo del transporte: mi hija viaja todos los días a Capital para estudiar y eso se siente cada vez más”.

Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-Conicet), desde la llegada del gobierno de Javier Milei, la canasta de servicios públicos del Área Metropolitana de Buenos Aires se encareció tres veces más que la inflación, con aumentos de hasta 526% y 164% en transporte, agua, electricidad y gas natural. Estos servicios representan ahora un 11,1% del salario promedio del sector privado registrado.

Lucía, también de la provincia de Buenos Aires, relata cómo la situación la obliga a usar la tarjeta para comprar alimentos y pagar en una sola cuota porque la plata no alcanza: “Todo subió —la obra social, los servicios— y se hace una bola imposible de manejar. Organizamos mejor las compras, vamos los días de descuento al supermercado, pero es solo para estirar un poco el dinero. Recortamos muchos gastos y aun así no alcanza”.

Los jubilados enfrentan una situación igualmente difícil. A pesar de la indexación mensual de haberes por inflación, en agosto la jubilación mínima cayó un 0,6% en términos reales, y el bono congelado desde marzo de 2024 agrava la situación. Las jubilaciones medias y altas también sufrieron una caída del 0,3% real.

Lucrecia, de Los Cardales, comenta que aunque no se endeuda, está consumiendo sus ahorros debido a los aumentos en servicios y medicamentos: “Antes podía cubrir con mi jubilación el plan de medicina prepaga, pero ahora tengo que sumar entre un 15 y un 20 por ciento más para llegar al monto. Además, muchos medicamentos que antes eran gratuitos ahora tienen costo, y eso significa unos 50 dólares extra por mes”.

Por su parte, Lía, también jubilada, cuenta que ajustan sus gastos al máximo: “Medimos la compra en alimentos y aprovechamos los descuentos en verdulerías y carnicerías. Nos limitamos a lo justo y necesario la compra de ropa y el uso del vehículo porque cuesta llenar el tanque, inclusive cuando viajamos cuidamos la velocidad para ahorrar en el consumo. En los remedios se nota que bajó la cobertura tanto de PAMI como IOMA, además de que son menos los médicos que te atienden por obra social”.

La compleja situación económica obliga a millones de argentinos, tanto trabajadores como jubilados, a hacer malabares para sostener sus gastos y evitar caer en un endeudamiento aún más profundo, en un contexto donde la inflación, los aumentos en servicios y la caída real de los salarios dificultan cada vez más llegar a fin de mes.