Después de haber sido despedido del Correo Argentino en mayo de este año, Rogelio Hube, el único empleado de la estafeta del Correo Argentino de Gualjaina, se encuentra en una situación difícil. Sin embargo, no se rinde y decide abrir su propio emprendimiento familiar llamado "Casa Don Rogelio", un almacén que ofrece una variedad de productos como alimentos, bebidas, fiambres y productos de limpieza.
El pasado jueves, se llevó a cabo la gran inauguración de Casa Don Rogelio junto a su pareja Lorena Quiñihual, y todo el pueblo estaba invitado. Rogelio hace saber a través de Whatsapp que están abriendo las puertas del almacén y reciben una gran cantidad de personas, incluyendo aquellos que lo acompañaron en su último día de trabajo en el Correo. El corte de cinta es realizado y todos comparten mate con tortas fritas para celebrar esta nueva etapa en la vida de Rogelio.
Rogelio fue una figura muy querida en el pueblo durante sus 28 años de servicio como cartero. Sin embargo, el día de su despedida fue muy duro para él y para todos los que lo conocían. Recordar ese momento le provoca mucha emoción y, aunque tardan dos meses en recibir la indemnización, él y su familia se mantienen fuertes en ese tiempo difícil.
El comerciante relata que recibieron muchas llamadas anunciando el cierre del Correo, lo que los llevó a tomar la decisión de aceptar el retiro voluntario y buscar nuevas oportunidades. Afortunadamente, teniendo una familia solidaria y trabajadora, deciden armar su propio proyecto en conjunto.
Con la colaboración de vecinos y la venta de una trafic que su señora tenía, lograron adaptar su hogar en un salón en el cual instalaron heladeras, góndolas y muebles para el almacén. El apoyo de la comunidad es fundamental en este proceso.
En cuanto a la variedad de productos que ofrece Casa Don Rogelio, se pueden encontrar desde legumbres hasta productos lácteos como arroz, fideos, bebidas, papas, cebolla y fiambres. El almacén cuenta con todo lo que pueda necesitar su clientela.
Durante la inauguración, se vive un momento muy especial cuando se corta la luz, pero Rogelio utiliza una antigua balanza del Correo del año 1924 que aún tiene, para pesar unas papas que un vecino le compró. Una muestra de que cada detalle en Casa Don Rogelio tiene una historia detrás.
En las redes sociales, Rogelio reflexiona sobre cómo el trabajo dignifica y sostiene a la familia, agradeciendo a los vecinos de Gualjaina y a sus amigos por el apoyo brindado. El sol está saliendo para todos en esta nueva etapa de Rogelio y su familia.