Según los últimos datos revelados por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en Argentina se estima que cerca de 1.500.000 chicos saltearon alguna comida durante el día, y alrededor de un millón de ellos se fueron a dormir sin cenar. Estos alarmantes números se desprenden de una encuesta realizada por el organismo internacional en nuestro país.
La situación se agrava con el aumento de precios y el estancamiento económico que ha afectado la capacidad de generación de ingresos de millones de hogares con niños. Según Unicef, aproximadamente 10 millones de niños en Argentina están reduciendo su consumo de carne y lácteos debido a la falta de recursos económicos. Además, casi la mitad de los hogares con niños no logra cubrir los gastos básicos de alimentación, salud y educación.
Esta problemática afecta en mayor medida a las personas que viven en hogares con menos acceso educativo, jefatura femenina o que se encuentran en barrios populares. Por esta razón, el organismo considera que es necesario implementar políticas que protejan a los sectores más vulnerables y destinar recursos presupuestarios para garantizar la protección de la infancia.
En este contexto, Unicef ha lanzado la campaña "El hambre no tiene final feliz" con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre la realidad que atraviesan miles de niños y niñas en Argentina. Según Rafael Ramirez Mesec, representante de Unicef en el país, se busca sensibilizar a la población y generar una mayor participación a través de donaciones mensuales bajo el hashtag #CambiaElFinal.
Unicef ha publicado informes desde 2016 sobre la situación de pobreza que afecta a los niños y niñas en el país desde hace años. Esta campaña se suma a esos informes.
Es fundamental tomar conciencia de esta problemática y trabajar en conjunto para erradicar el hambre y la pobreza infantil en Argentina. La donación mensual puede ser una forma de contribuir a los programas que lleva adelante Unicef en nuestro país, desde el apoyo nutricional a las personas en situación de vulnerabilidad hasta el monitoreo del presupuesto nacional destinado a la infancia. Juntos, podemos cambiar el final y construir un futuro mejor para todos los niños y niñas de Argentina.