El sector inmobiliario argentino se encuentra en una nueva etapa tras el fin del cepo cambiario. Desde el año pasado, las operaciones de compraventa de inmuebles han experimentado un incremento y se estima que esta tendencia se mantendrá en el tiempo. Si bien es necesario esperar para ver cómo se acomoda el valor del dólar en los próximos días, se prevé que la facilidad de acceso a esta divisa y una mayor certidumbre en el tipo de cambio impulsarán al sector.
El fin del cepo cambiario es un paso más hacia la normalización de la economía del país. Mantener una moneda nacional apreciada permite que el ingreso de los participantes en la economía sea mayor en términos de dólares, lo que se traduce en un mayor poder adquisitivo para adquirir metros cuadrados. En otras palabras, el acceso a la vivienda se ha vuelto más accesible en relación a los ingresos y salarios de las personas.
Si a esto le sumamos la disponibilidad de créditos hipotecarios y un valor de los inmuebles atrasado en comparación con otros activos de la economía, podemos afirmar con cierta seguridad que estamos ante el comienzo de un auge inmobiliario en Argentina. Las expectativas en el sector son altas, ya que se espera que la eliminación de los controles cambiarios acelere las ventas de propiedades. Sin embargo, es importante mencionar que los precios continuarán en alza, especialmente en las propiedades con valores inferiores a los 100.000 dólares, mientras que el incremento será menos evidente en las propiedades con valores superiores a los 200.000 dólares.
El futuro del tipo de cambio será determinante en el mercado inmobiliario en las próximas semanas. Sin embargo, el fin del cepo y el acuerdo con el fondo no cambian mucho la perspectiva para este año. El 2024 finalizó por encima de las expectativas, a pesar de las restricciones cambiarias. Y el 2025 comenzó con aún más promesas, aunque con la incógnita de cuándo se levantaría el cepo. Mi pronóstico es que los precios aumentarán un 10% y el año será sumamente dínamico.
El año pasado, los precios de las propiedades residenciales usadas aumentaron un 11,7%, lo cual fue un hecho sin precedentes en muchos años. Es posible que a corto plazo haya una pausa tras el incremento del tipo de cambio, pero a mediano o largo plazo, la dinámica anterior se restablecerá.
La disponibilidad de créditos hipotecarios y el fin del cepo cambiario son impulsores clave para el mercado inmobiliario, y los desarrolladores lo celebran. Tras una etapa complicada debido al aumento en el costo de la construcción, se espera que estas medidas estabilicen los precios y eviten que se trasladen directamente a las viviendas.
Sin el cepo cambiario, el mercado inmobiliario argentino inicia una nueva etapa. Los precios se vuelven más transparentes y se elimina cualquier distorsión en la ecuación entre costo, valor y rentabilidad. Además, se recupera la posibilidad de atraer inversiones tanto locales como internacionales, lo que genera un entorno más confiable y propicio para el desarrollo del sector. Si esta apertura del mercado cambiario viene acompañada de una baja en la inflación y una mayor competitividad en los insumos, la ecuación de costos para los desarrolladores mejorará significativamente, impulsando aún más el mercado inmobiliario del país.