El embajador argentino en Estados Unidos, Gerardo Werthein, asumirá como nuevo canciller en reemplazo de Diana Mondino, según anunció el presidente Javier Milei. Werthein es elegido debido a los logros destacados de su gestión en Washington y por ser una persona de confianza del mandatario. Además, cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito deportivo, siendo vicepresidente del Comité Olímpico Internacional.
Durante su tiempo al frente de la embajada en Estados Unidos, Werthein fortaleció los lazos bilaterales entre Argentina y la Casa Blanca, además de desempeñar un papel activo en la captación de inversores para el país. Su gestión está reconocida por su compromiso y dedicación en el ámbito diplomático.
Antes de su carrera como diplomático, Gerardo Werthein fue un destacado empresario y presidente del Comité Olímpico Argentino durante 12 años. Durante su mandato, modernizó la estructura del organismo y logró avances significativos en el financiamiento del deporte amateur. Además, ha incursionado en la industria periodística al adquirir el periódico uruguayo El Observador.
La decisión de reemplazar a Diana Mondino como canciller se debe a su voto en contra de Estados Unidos e Israel en la asamblea de la ONU, donde se debatió levantar el embargo contra la dictadura de Cuba. Esta postura genera descontento en la alta dirigencia libertaria y lleva a la destitución de Mondino de su cargo.
Es importante destacar que la cartera de Relaciones Exteriores ya había experimentado otras bajas importantes en las últimas semanas, como la del vicecanciller Leopoldo Sahores y el embajador en la ONU, Ricardo Lagorio. Estos cambios forman parte de la estrategia del gobierno para imprimirle un sello propio a la política internacional del país.
En resumen, Gerardo Werthein asumirá como canciller en reemplazo de Diana Mondino, en reconocimiento a sus logros como embajador en Estados Unidos y su destacada trayectoria en el ámbito deportivo. Su gestión se caracteriza por fortalecer los lazos bilaterales y atraer inversores para Argentina. Estos cambios forman parte de la estrategia del gobierno para imprimir una nueva dirección a la política internacional del país.