Cristina Fernández de Kirchner realizó este mediodía su esperado regreso a la escena pública en el Encuentro de la Cultura Popular, que tuvo lugar en el Barrio Saldías de la Ciudad de Buenos Aires. Esta reunión no solo conmemoró “el nacimiento de la Patria”, sino que también marcó el aniversario número 22 de la asunción de su difunto esposo, Néstor Kirchner, como presidente de la Nación. Durante su discurso, la exmandataria se tomó un tiempo para emitir duras críticas sobre la situación económica actual y el gobierno de Javier Milei, advirtiendo que “el décimo default” argentino “no es una fantasía demasiado lejana”.
Kirchner no dudó en abordar las internas del Partido Justicialista, mencionando los conflictos con el gobernador Axel Kicillof y analizando la reciente derrota electoral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde su candidato Leandro Santoro fue superado por Manuel Adorni de La Libertad Avanza. "¿Se dieron cuenta de que estos tipos no construyeron nada? Ni una puta escuela, ni un puto edificio, nada. Le cambian el nombre a lo que otros hicieron", criticó con ironía, resaltando la falta de obras del actual gobierno.
En su discurso, Kirchner recordó que Néstor había sido “hijo del default” de 2001, el mayor de la historia, y comparó la actual gestión de Milei con la de José Alfredo Martínez de Hoz durante la dictadura militar. “No había sindicatos, no había partidos políticos”, mencionó, destacando que, a pesar de no haber oposición, esa política fracasó. También se refirió a la falta de dólares en el actual gobierno, acusándolo de “largar bombas de humo” para desviar la atención de los problemas económicos reales.
La exvicepresidenta hizo un llamado a reexaminar el modelo económico, sugiriendo que se debe ofrecer algo de valor a los inversores. “Tenemos que replantear el modelo económico para ofrecerle a la sociedad”, subrayó. En relación a las elecciones recientes, Kirchner analizó cómo el impacto de la crisis se siente más en los barrios populares, donde la gente ahora tiene dificultades para cubrir gastos básicos.
Finalmente, advirtió sobre la fragmentación dentro de su partido, instando a sus seguidores a dejar de lado las rivalidades y centrarse en la política en lugar de la mera militancia electoral. Su conclusión fue clara: “Cuando hay debate, nunca hay fragmentación”, enfatizando la necesidad de unión y colaboración dentro del peronismo para enfrentar los desafíos del futuro.