Un nuevo estudio realizado por científicos brasileños reveló que los microplásticos también se encuentran en el cerebro humano. Este descubrimiento, publicado en JAMA Network Open, destaca la presencia de microplásticos en los bulbos olfativos, una parte importante del cerebro que se encarga del sentido del olfato.
Los investigadores examinaron 15 cadáveres y encontraron microplásticos en ocho de ellos. Los bulbos olfativos, ubicados en la parte inferior del cerebro y con uno en cada cavidad nasal, permiten detectar y procesar olores. Los resultados revelaron la presencia del polipropileno, uno de los polímeros más utilizados en productos plásticos en la actualidad.
Pero, ¿cómo llega el microplástico al cerebro? Contrario a lo que se cree, el microplástico no se ingiere solo a través de los alimentos, sino que también podría contaminarse a través de nuestras narices. El doctor Thais Mauad, líder de la investigación, explicó que la contaminación del aire puede llegar al cerebro y que el bulbo olfativo podría ser uno de los primeros puntos de entrada para los microplásticos. Según Mauad, si las bacterias pueden pasar a través de este camino, los microplásticos también podrían hacerlo.
Es preocupante que el polipropileno, un material tan común en nuestro entorno, sea difícil de evitar. Se encuentra en todos lados, especialmente en nuestros propios objetos cotidianos como muebles, alfombras y ropa. Según Mauad, estamos más expuestos a las partículas de microplástico en espacios interiores, ya que nuestros hogares están llenos de plástico.
Este estudio plantea interrogantes sobre los efectos a largo plazo que podrían tener los microplásticos en el cerebro humano. A medida que la contaminación plástica continúa aumentando, es fundamental seguir investigando sobre este tema y encontrar soluciones para reducir nuestra exposición a estos materiales perjudiciales. La conciencia pública y la acción gubernamental son clave para abordar este problema global y proteger la salud de las futuras generaciones.