El Banco Nación incorporó una nueva propuesta de financiamiento para la compra de vehículos 0 km y usados, con un plazo máximo de devolución de 72 meses y montos que van desde $1.000.000 hasta $100.000.000. Esta iniciativa busca facilitar el acceso a la adquisición de automotores por parte de personas físicas, sin necesidad de realizar trámites en sucursales bancarias.
La tasa de interés establecida es del 38% y la cuota mensual no podrá superar el 35% del salario del solicitante. La operatoria se realiza directamente en la concesionaria, donde el vendedor debe gestionar la solicitud bajo la modalidad “+Autos con BNA”. Tras cargar los datos personales, el cliente recibe un correo para validar biométricamente su identidad y aceptar los términos desde el celular, logrando la aprobación inmediata del préstamo.
Este financiamiento está disponible para personas físicas y se otorga en pesos, bajo el sistema francés. El crédito puede destinarse a la compra de automóviles, pick ups y utilitarios, tanto 0 km como usados de hasta 10 años de antigüedad, en concesionarias adheridas a la red. Entre las marcas más financiadas se destaca Fiat.
Además, el préstamo cubre el 100% del valor del vehículo, sin costos adicionales, y permite la cancelación parcial o total anticipada en cualquier momento, aunque esta operación podría conllevar algún costo. Las cuotas se debitan automáticamente cada mes.
En cuanto a la entrega, el cliente tiene la posibilidad de elegir el lugar donde retirar su vehículo, sumando flexibilidad a la oferta.
Respecto al mercado, el financiamiento para vehículos mantiene una importante participación en las ventas. Según datos del Sistema de Información Online del Mercado Automotor de Argentina (SIOMAA) difundidos por la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), entre el 46% y el 48% de los patentamientos de autos nuevos se realizan mediante financiamiento, mientras que en el segmento de usados la cifra ronda el 8%.
Si bien durante el segundo semestre del año pasado se observó una desaceleración en la mejora de los instrumentos financieros, influida por el aumento de los costos de financiamiento, las operaciones bajo crédito o planes de ahorro se mantuvieron en niveles máximos del período, sin registrar una caída significativa frente a las compras al contado.