Una de las empresas pertenecientes al Grupo Indalo, controlado por Cristóbal López y Fabián De Sousa, se encuentra en una profunda crisis que la ha llevado al límite de un posible cierre. Alcalis de la Patagonia (Alpat), la única productora de carbonato de sodio en Sudamérica, está enfrentando una caída drástica en su producción, lo cual ha llevado a suspender personal y retrasar el pago de salarios. La compañía ha solicitado ayuda a las autoridades provinciales y ha pedido la apertura de un procedimiento preventivo de crisis.
Esta situación ha generado preocupación en el gobierno de Río Negro, donde se encuentran las operaciones de Alpat. La empresa busca enfrentar las dificultades económicas sin afectar drásticamente el empleo, ya que ha sufrido la apertura de importaciones y una caída en las ventas, lo que ha afectado su competitividad. El carbonato de sodio que produce Alpat se vende a un precio superior al del mercado internacional, lo cual ha llevado a muchos clientes a optar por insumos más baratos provenientes del exterior.
Ante esta situación, el Grupo Indalo está buscando diversificarse y convertirse en proveedor de la industria del litio, utilizando el carbonato de sodio como insumo principal. Sin embargo, esto es un proceso a mediano y largo plazo y no logra detener la crisis actual de la empresa.
El conflicto con el Sindicato de Personal de Industria Química y Petroquímica ha empeorado la situación, con paros y atrasos en el pago de salarios. Aunque se dictó la conciliación obligatoria, la empresa decidió suspender a su personal hasta nuevo aviso. El gobierno provincial está preocupado por la situación y busca garantizar el pago de salarios y mantener los puestos de trabajo, fomentando el diálogo entre la empresa y los trabajadores.
La planta industrial de Alpat ya muestra signos de deterioro y la empresa argumenta que no puede competir con los precios subsidiados de los productos importados. Durante una audiencia en la Secretaría de Trabajo provincial, se llegó a un principio de acuerdo para aliviar la crisis, estableciendo un período de paz social y continuando el diálogo en busca de soluciones sostenibles.
Mientras tanto, la inversión de 250 millones de dólares anunciada por la empresa para ampliar la planta y aumentar la producción está en espera. La idea es dejar de depender de la producción de vidrio y expandirse hacia la industria del litio, uno de los sectores con mayor proyección de crecimiento en Argentina.
Esperemos que se encuentre una solución para Alpat que permita mantener los puestos de trabajo y garantizar su viabilidad a largo plazo. El gobierno provincial está comprometido con la estabilidad laboral y seguirá monitoreando la situación en los próximos meses.