El corazón de la Patagonia se enfrenta a una encrucijada que amenaza la sustentabilidad de la producción ovina. Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, expone la problemática derivada de la superpoblación de guanacos y el incremento de predadores como el zorro, el puma y el jabalí.
Según Luján, la población de guanacos está en constante crecimiento, lo que afecta directamente la disponibilidad de pasturas para las ovejas, poniendo en riesgo la principal actividad económica de la región. Esta creciente población de guanacos se puede observar en las rutas patagónicas, incluso en trayectos como Comodoro-Trelew.
Este fenómeno ha llevado a una competencia directa por recursos y a un aumento en la mortalidad de las ovejas. En los últimos 15 años, la caída en el stock ovino ha sido alarmante, llegando a perder alrededor del 30%. Chubut ya no cuenta con más de 2,5 millones de cabezas. Esta disminución no solo afecta a los productores, sino también a la industria lanera y cárnica, que son pilares económicos de la región.
Además de la superpoblación de guanacos, se suma el aumento de predadores como el jabalí, los zorros y los pumas, que causan daños devastadores en los rebaños de ovejas. En algunos establecimientos, los ataques de predadores son tan frecuentes que resulta casi imposible sostener la actividad.
La relación entre los productores y el CONICET se ha tensado, ya que desde el organismo científico se ha cuestionado la sobrepoblación de guanacos en la Patagonia y su impacto en la desertificación, desestimando las denuncias de los productores. Para Luján, es necesario establecer políticas de manejo responsable, como se hace en otros países, para garantizar un equilibrio con la producción.
A pesar de la crisis, Luján ve potencial en el mercado ovino, con una demanda internacional existente. Sin embargo, si no se controla la situación, la producción se verá limitada a zonas específicas, como la cordillera, donde la presión de los guanacos y los predadores es menor. El resto de la provincia de Chubut corre el riesgo de quedar fuera del circuito productivo.
Para revertir esta situación alarmante, Luján aboga por implementar un plan integral que equilibre la convivencia entre la fauna y la producción, garantizando así la continuidad de una actividad que ha sido el motor de la economía patagónica por décadas.