Ezequiel "Queque" Parodi, un apasionado de la aviación oriundo de Buenos Aires, se encuentra en Alaska, donde la agenda se ha vuelto bastante apretada. Su actividad abarca desde relaciones públicas y el mantenimiento de aviones hasta la instrucción de pilotos. Además, colabora con su amigo John, quien construye un lodge para aviones grandes que planea convertir en viviendas.
El piloto, quien confiesa su amor por la aviación, destaca que “desde el lado de la aviación, Alaska es el mejor lugar del mundo. Es súper libre, se vuela un montón y está lleno de aviones”. Su entusiasmo es contagioso, y resulta evidente que vive su vocación con intensidad.
Desde que se trasladó a la Patagonia a los 18 años con su padre, Queque encontró su hogar en lugares como Esquel y Trevelin, donde pudo desarrollar su carrera aviadora. Su historia se hizo más conocida en 2022, cuando tuvo un accidente en el cerro Plataforma que lo llevó a ser rescatado por un helicóptero, un episodio que le costó 26.000 dólares.
El entorno patagónico ha sido transformador para Queque. Al descubrir la montaña y el snowboard, pudo canalizar su adrenalina a través de cada salto y maniobra. Sin embargo, una lesión lo llevó a buscar nuevas formas de experimentar esas emociones, y el vuelo se convirtió en su nueva obsesión.
En 2018, logró obtener su licencia de piloto en Trelew y adquirió un Cessna 152, lo que marcó su dedicación al mundo de la aviación. Su enfoque, lejos de ser uno masivo, se centra en ofrecer instrucción a momentos exclusivos. Parodi recibe interesados de todos los rincones del mundo, una atracción posiblemente vinculada a la singularidad de la Patagonia, donde el costo de la formación es significativamente inferior en comparación a otras regiones del mundo.
Recientemente, Queque se sumergió en la categoría de despegues y aterrizajes cortos, una especialidad que él mismo impulsó en su localidad. La chispa inicial para este camino llegó a través de un video en YouTube titulado "Push Pilots of Alaska". Allí, un piloto llamado Paul Claus le mostró un nuevo enfoque de la aviación que cambió su perspectiva sobre lo que quería hacer en su vida.
Su pasión por volar se entronca con la naturaleza, permitiéndole realizar aterrizajes en espacios no tradicionales. En sus propias palabras, "es el vínculo de un avión con la naturaleza".
El 30 de mayo, Queque llegó a Estados Unidos, donde visitó una fábrica de aviones y luego voló hasta California. Su aventura culminó en Valdez, Alaska, donde recibió un avión 0 kilómetro para entrenar y competir. Se convirtió en el primer piloto argentino y sudamericano en competir en este importante certamen de despegues y aterrizajes cortos, comparado con la Copa del Mundo de la especialidad.
Su participación atrajo la atención de varios latinoamericanos, y emocionado confiesa que está “viviendo un sueño” que no se esperaba. Queque describe su experiencia como una responsabilidad inmensa, comparable a la que siente un futbolista al representar su país en un Mundial.
En la competencia, Queque recibió reconocimientos por su esfuerzo, entre ellos por ser el piloto que llegó desde más lejos y por su intenso entrenamiento previo. Aunque tuvo dificultades durante los tiempos de aterrizaje, donde fue descalificado, su compromiso sigue intacto.
Esta es su tercera visita a Alaska, donde busca atraer a interesados en conocer la Patagonia y sus maravillas. "Mi sueño es generar un vínculo entre Alaska y Patagonia", asegura Queque, sintiendo que ya hay un camino forjado. La proyección de la aviación en Trevelin y Chubut parece brillar en el horizonte, un futuro que para él está lleno de posibilidades.