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14 de Julio de 2025

Cholila florece con azafrán: una apuesta local que une turismo, producción y naturaleza

Un emprendimiento familiar impulsa el cultivo del "oro rojo" en la Patagonia, combinando innovación agrícola y propuesta turística con identidad regional.

Por Redacción

Lunes, 14 de julio de 2025 a las 17:41

En el corazón de la Patagonia, rodeado de montañas, lagos y bosques, un proyecto agrícola y turístico comienza a tomar fuerza en Cholila: el cultivo de azafrán, una especia tan valiosa como inusual en estas latitudes. Al frente están Luis Itxassa y Laura Bronstein, un matrimonio chubutense que decidió apostar por una producción de alta calidad con fuerte impronta local.

Desde el establecimiento “Brisa del Lago”, ambos impulsan un cultivo que no solo enriquece la tierra y diversifica la matriz productiva, sino que también posiciona a la localidad dentro de un circuito de turismo rural y producción diferenciada.

Azafrán: identidad, valor y múltiples usos
Conocido como el “oro rojo”, el azafrán es una especia muy valorada en todo el mundo por su aroma, sabor y propiedades. En este rincón patagónico, su floración no solo embellece el paisaje, sino que abre nuevas oportunidades de desarrollo local.

El emprendimiento contempla un aprovechamiento integral y sostenible de la flor: se recolectan los pistilos —núcleo de la especia—, pero también se utilizan los pétalos para elaborar infusiones, blends de té y cosméticos naturales. Además, su polen puede incorporarse a la producción apícola, generando una sinergia entre el cultivo de azafrán y la miel artesanal, una proyección que ya se evalúa a futuro con otros productores de la zona.

 

Un entorno que potencia el cultivo
Las condiciones geográficas y climáticas de Cholila resultan ideales para este tipo de producción: microclima particular, suelos fértiles, aire puro y aguas de cordillera. Estas cualidades naturales convierten a la región en un terreno fértil para cultivos diferenciados, de alta calidad y gran valor agregado.

 

Turismo rural con identidad
El proyecto no se detiene en la producción agrícola: también contempla el desarrollo de una experiencia turística pensada para residentes y visitantes. Incluye visitas guiadas, charlas sobre el cultivo, recolección y procesamiento del azafrán, y degustaciones de productos artesanales.

“Queremos que quienes lleguen a Cholila puedan conectar con la tierra, conocer la historia del azafrán y vivir una experiencia sensorial y educativa”, explican los impulsores del proyecto.

El emprendimiento se suma a una red creciente de productores que ya exploran este cultivo en zonas vecinas como El Bolsón y Trevelin, donde el clima andino ha demostrado ser propicio.

Un bulbo que siembra futuro
La historia de Luis y Laura es también una historia de compromiso con la tierra, la comunidad y el desarrollo sustentable. En un rincón donde la naturaleza habla en silencio, el azafrán florece como símbolo de innovación y arraigo.

Con cada flor que se abre, Cholila suma una nueva manera de mostrarse al mundo: produciendo con identidad, cuidando el ambiente y recibiendo a quienes quieran descubrir un paisaje distinto, con aroma a tierra y a futuro.