La temporada de verano se presenta especialmente difícil en la región cordillerana. Prestadores turísticos de distintos puntos advierten una caída de reservas cercana al 50% respecto de lo esperado para esta época del año, una situación que enciende alarmas en un sector clave para las economías locales.
Según señalan operadores y empresarios del turismo, la preocupación no se limita a la baja demanda, sino también a la falta de respuestas estructurales por parte del Ministro de Turismo Diego Lapenna. Desde el sector aseguran que la cartera se encuentra más enfocada en respaldar a unos pocos emprendimientos privados, sobre los cuales incluso circulan sospechas de vínculos o intereses, que en avanzar con una gestión integral que atienda los problemas reales del destino.
Uno de los puntos más críticos es la infraestructura vial. Las rutas nacionales 40, 25 y 26 presentan un marcado deterioro, lo que desalienta la planificación de viajes por parte de turistas de la región y de otras provincias. A esto se suma la situación de la Ruta 259, clave en el anunciado corredor turístico con Chile, que hoy se encuentra prácticamente intransitable para vehículos comunes y solo permite la circulación en camionetas, restando competitividad a la propuesta binacional.
En paralelo, los prestadores recuerdan que la obra destinada a asegurar el suministro de energía eléctrica en la Comarca Andina fue inaugurada sin estar concluida y que, tras ese acto, no se registraron avances visibles. La falta de previsibilidad en servicios esenciales es, afirman, otro factor que condiciona la inversión y la comercialización del destino.
El Ministro Lapenna viene insistiendo en la necesidad de que los prestadores reduzcan sus tarifas para estimular la demanda. Sin embargo, el sector responde que esa mirada desconoce la realidad local: los costos operativos en la Cordillera son considerablemente más altos que en otras regiones del país, lo que vuelve inviable competir solo por precio.
“Lo que pedimos es previsibilidad y obras estratégicas reales. Solo así se puede vender mejor el destino”, señalan desde el sector. En ese marco, también advierten que el atraso en la gestión impacta ya en el mediano plazo: a esta altura del año, la actividad debería estar trabajando sobre precios y planificación de la temporada de invierno, un tema que, aseguran, hoy ni siquiera está en agenda.
La combinación de caída de reservas, infraestructura deficiente y falta de políticas claras vuelve a poner en discusión el rumbo de la gestión turística provincial y el futuro inmediato de uno de los principales motores económicos de la Cordillera.