Rubén "Menen" Fernández es una especie de Funes, el memorioso de la cordillera. El deporte, la política y la radio lo han llevado no sólo a recorrer sino también a conocer profundamente gran parte de las historias de vecinos de Esquel y la región. Sólo su voz o el nombre y ya muchos saben quién es; y es que su propia historia, la pasión y el afecto que lo unen con su tierra lo llevó a vincularse con tantas personas que debe haber pocas anécdotas que no conoce. Curiosamente su muletilla es ¡Olvidaaaate! Más allá del fútbol –con Boca en el corazón-, el peronismo, y difusión deportiva, a Menen lo mueve lo que une sus tres pasiones "Si movés el deporte, tenés mejores personas y tenés mejores pueblos y ciudades".
PRIMERA ESCUELA, LA VIDA
Sus primeros años de vida fueron en una casita sobre calle Chacabuco pero su barrio de crianza fue el 22 Viviendas sobre el Pasaje Urrutia, entre Volta y Alsina. Su papá era trabajador de Obras Sanitarias de la Nación y apenas 5 años después del nacimiento de Menen falleció por una enfermedad: "Tengo un recuerdo vago, pero lindo, de cosas que va rescatando mi memoria, que es uno de mis fuertes", dice. Su mamá era ama de casa y se dedicaba a sus cuatro hijos, de los que Menen era el menor: "Después de tres varones mi mamá esperaba la nena y bueno, no ocurrió".
- ¿Qué te acordás de tu infancia?
- Lo que más me acuerdo es la crianza en la calle. Apenas llegamos al barrio 122 empezó a construirse el 44 viviendas, ahí entre Alvear y Saenz Peña y después quedó inconcluso por lo que no podías acceder desde la avenida y había que dar toda la vuelta. Entonces nosotros veíamos los que entraban y salían por el pasaje y sólo tres vecinos tenían autos con lo cual vos sabías a qué hora entraban y a qué hora salía... la calle era nuestra. Nuestra para jugar al fútbol, nuestra para jugar a las bolitas. Y cuando a un auto se le ocurría pasar lo mirábamos como diciendo "¿Qué estás haciendo? Esto es nuestro", ese es mi primer recuerdo. Y también el juego, la pasión familiar, la canchita de Alberdi, que hoy es donde está la hermosa casa de la familia Forti. Originalmente era de la familia Larry, pero era un lugar de encuentros con otros barrios también, porque venían chicos del Estación, del Bella Vista, se armában clásicos y cada tanto una pedrada de por medio, pero generalmente no, era buena relación. Duró bastante tiempo porque la canchita estuvo ahí hasta los 80 por lo menos. Había un descampado también y lo llamábamos el potrero.
- ¿A qué escuela ibas?
- A la histórica escuela 20 que cuando estaba en cuarto grado cambió a Escuela 76. La pasaron de Nación a Provincia y como había una escuela 20 en Rawson... para mí fue un acto -también era administrativo- pero de injusticia. Si bien no era el mismo edificio, la escuela tiene más años que Esquel, antes estaba por ahí por Las Margaritas. La escuela nos reunía, eso cambió bastante después aunque lo bueno es que había más escuelas, pero antes funcionaban de otra forma. Tengo recuerdos muy lindos, la escuela identificaba mucho... Después fuimos a la Escuela Normal, ingresé en el 83, con la vuelta de la democracia. A fin de año asumió Alfonsín y recuerdo, en mi casa eran todos peronistas, mi vieja ya había fallecido por un problema de salud y yo me quedé solo con mis tres hermanos criándome. Ella era muy joven así que hubo que enfrentar la vida con mucha fortaleza y mis hermanos fueron puntales en esa instancia. Calculá que yo tenía 12 años cuando falleció mi vieja y mi hermano mayor 19. La comunidad nos bancó mucho, mi viejo, nosotros, éramos familias muy arraigadas. Mi vieja nació en el Parque Nacional Los Alerces y se crió ahí... Después también desde los amigos, los allegados, un acompañamiento muy grande. Se vino incluso una tía a vivir acá para acompañarnos, esos gestos que uno agradece eternamente.
SEGUNDA ESCUELA, LA RADIO
Menen cuenta que el hecho de que haya ganado Alfonsín no era buena noticia, pero significaba "aire fresco" y comenzó a militar en la Juventud Peronista a los 14, 15 años, con una primera incursión en el Centro de Estudiantes de la escuela que estaba en sus primeros pasos. Menen fue el primer presidente electo.
- Era algo así como que la democracia penetró en todos los niveles..
- El triunfo del radicalismo, sobre todo Alfonsín por lo que significaba como figura, me parece que en ese momento era el hombre adecuado, fue un aire fresco. Nosotros en el Centro de Estudiantes hicimos nuestro ejercicio democrático, incluso fue tapa de diario por lo que significaba la esuela y que tuviera esa vida. Que además no tuvo después ese tipo, esa vida de los centros de estudiantes, se fue perdiendo. Los 90 nos hicieron pelota... Bueno entonces de 36, saqué 35 votos porque el representante de la otra lista se votó, hubiese sido complicado que no sacara ningún voto... -se ríe- Pudimos hacer muchas cosas, participar. Me acuerdo que en esa época estaba la disputa del edificio de la 713. Se hizo un tiempazo después, en el 99, pero fíjate nosotros ya en esa época estábamos por la escuela de Magisterio, era la escuela de Magisterio 713 y acompañábamos en las marchas.
- ¿Y además seguías jugando al fútbol?
- El deporte estaba en todo sentido. De hecho mi hermano Cucho ya estaba trabajando en el diario El Chubut como periodista gráfico y Bulín había hecho alguna incursión en radio. Yo aprovechaba y me venía porque estaban las transmisiones deportivas, relataba a Daniel Díaz, comentaba a Aníbal Lelo Fernández, el decano de los periodistas deportivos que es mi tío, y Cacho Lizurume, que después fue gobernador, era el comentarista. Así que yo me prendía, primero iba y escuchaba las transmisiones en la cabina, me encantaba el fútbol, era hincha de Independiente de Esquel, ya era de Boca de chiquito contra todos mis hermanos que eran de Independiente. Hasta que un día me animé a hacer campo de juego y estaba arriba del micrófono. Después un día nos hizo una nota Felix Baliente por el Centro de Estudiantes y me dijo que tenía que venir más seguido, porque la soltura que tenía yo para el micrófono, para la edad que tenía, le llamó la atención. Después tengo algunas anécdotas que no me gusta recordar porque son muy botonas, pero en la escuela primaria con grandes maestras, tengo un recuerdo fantástico de Marta Campos, de la señora de Simonetta, de la señora de Codesal, de Olga Sandoval, de Mabel Godoy, de la Aira Hughes, de todas tengo un recuerdo imborrable, Cristina García Iñigo. Como yo leía bien, un día iba creo que a cuarto grado y me llevan a séptimo y me hacen leer a mí y le hacen leer a un chico del curso, que era medio duro para leer, me sentí el tipo más botón de la Argentina, y le decía, viste, "él es de cuarto grado y mirá como lee vos", y yo decía, "no, qué hago acá", yo no sabía ni a qué iba, pero bueno, no sé si a él le habrá servido o no, por lo menos en el recreo no me quiso arrancar la cabeza, que era lo que correspondía. En el secundario me pasó algo similar, como yo vivía solo entre comillas, mis compañeros me decían "no te quedés dormido", tenía ese acompañamiento, y después los profesores, tengo muy buenos recuerdos de todos, inclusive de algunos con un pensamiento distinto, pero que aprendí muchísimo, Cristina Lewis de Gerosa fue una de ellas, hacíamos unos debates en sus clases de historia fantásticos. Mis compañeros me usaban a mí como disparador para decir, tirale algún tema, entonces era como que no hacíamos nada en la hora, y no, hacíamos mucho, porque era discutir de historia y política, qué mejor que eso... La doctora Élida Govato de instrucción cívica, Osvaldo Pérez, Edgardo D´alessandro, Negro Maya que era profe de Geografía, todos te dejaban algo. Jorge Oriola, cuando llega Esquel, que daba clase en primaria y lo empezamos a tener en Historia en el colegio, también fue alguien que dije... este es un distinto. Hermosos recuerdos también de esa etapa y de profesores que eran formadores, que te dejaban un mensaje y que sobre todo independientemente de que éramos un grupo revoltoso, que por ahí teníamos algunas particularidades con mis compañeros del secundario, escuchábamos a los profesores. Una banda hermosa teníamos: Álvaro Guereña, Pichuco Cabrera, Gabriel Ruiz, Paíto Gallego, el "Patas" Álvarez, que lamentablemente ya no está, Rudy Murúa, que a partir de tercer año se vino del Salesiano, creo que le habían invitado a irse del colegio -se ríe- y se vino, el Flaco Alí, Germán Soulés, Horacio Scaglioni, Tito Cides, que nos llevaba muy bien y teníamos cuatro compañeras, mujeres, que nos hacían el aguante, porque estaban rodeadas. Teníamos a María José Iturburu, Cristina Cruz de Cavallo, Silvina Hughes y Karim Roberts..
- ¿Te querías ir a estudiar?
- Pasaron cosas, mi idea era estudiar y me quedé libre por faltas. Mi objetivo era estudiar abogacía, tenía el sueño de ser piloto. Lo logró un sobrino, pero yo no, era imposible para la economía familiar. Me acuerdo que se hizo el sorteo para la colimba en la radio y me tocaba de cabeza. Yo quería evitarla y me falló a último momento el médico que me iba a hacer la revisación y me dieron el apto. En marzo ya estaba resignado a cumplir con la patria como dicen algunos y yo estaba jugando los torneos de verano en Independiente y me sentía mal y jugué igual, resulta que tenía hepatitis. Caí en cama, 95 días en cama, porque era una hepatitis común pero como tenía que hacer reposo y no hacía, estuve en cama hasta mayo. Escuché mucha radio en esa época. Agarraba Lu5 en Neuquén y escuchaba los partidos de básquet del 88 y jugaba Marcelo Ricciotti que es una figura emblemática de la Liga Nacional de básquet que después fue mi amigo y le contaba que lo escuchaba desde la cama. Leía mucho, hasta me llega la citación y lo estiré con certificados. Un día me llaman y cuando voy medio que me doy cuenta que me iban a dejar ahí. Entonces caí que me iban a incorporar cuando me empezaron a cortar el pelo, le digo "¿Me permiten hacer una llamada?", llamé a mi hermano y le digo "che, estoy acá en el regimiento, me quedo", estuve cuatro meses. Un día viene una visita del Quinto Cuerpo del Ejército que dependía de Bahía Blanca, un general bastante conocido con alguna historia bastante negra también, y hacen una revisión y a mí automáticamente cuando viene esa visita me llevan a la Enfermería a una cama. El General preguntó qué hacía ahí y me mandó a mi casa y después de un tiempo me dieron la baja. Fue una experiencia... linda, me gustó, aunque no creo que sea necesario el servicio militar para organizar a las personas ni para cambiarle su cabeza, no lo creo, como opción de servicio voluntario me parece bárbaro. Cuestión que estaba trunca la posibilidad de estudiar, por lo menos por ese año y unos amigos Nelson Musse y Omar Aleuy, un día me llaman y me dicen vamos a poner una radio y vos tenés que estar. Lo único que había era Radio Nacional y así nace FM Nevada. Me tocó con "Patas" Álvarez y Fabian Galuppo, Luis Levilao, Jaqueline Aray, Horacio Moyano y ahí empecé a hacer algo que me gustaba y apasionaba. Aparece la Fm Del Sur de María Elena Paggi también. Un día me entero que iba a ser papá, yo tenía 19 años y en el medio me surge la propuesta de ir a Fm del Valle que se estaba armando, en noviembre del 89.
TERCER ESCUELA, LA POLÍTICA
El equipo lo coordinaba Rubén Carballido y lo integraban Levillao, el Patas y Carolina Cubiló. Funcionaba en el tercer piso del Molino y fue la primera FM de Trevelin. Mientras trabajaba también en el Concejo Deliberante como secretario de bloque del PJ, Raúl Pasarín como director de Radio Nacional lo convoca para sumarse.
- ¿Lo habías imaginado?
- Era un sueño y estuve trece años contratado. Recuerdo que ingresé a las siete de la tarde y arranqué leyendo Mensajes a Pobladores. Mantuve los dos trabajos, en el Concejo y a la noche en la radio, lo necesitaba económicamente así que mantuve los dos.
- Siempre estoy pensando en cuánto del deporte y la política van de la mano...
- Siempre. En ese momento en el Concejo estaban Arturo Arden, Tito Ferretti, Rafa Williams, Sergio Migliori, no preguntés por mujeres, porque no había; Raúl Garay, Óscar Cheuque también, aunque estuvieron un tiempo de concejales, en el caso de Óscar y de Bulín después se fueron a cumplir funciones en el Ejecutivo. Había buena convivencia pero era una época muy compleja, con hiperinflación y hay cosas que son muy reiterativas. En Esquel igual se debatían cosas importantes, en algún momento hubo una discusión muy grande por una tasa de Bomberos, que querían que fuera un fondo para los barrios de Esquel, para infraestructura básica, y hubo una movida de gente que lo discutió. Finalmente eso quedó para los Bomberos, y de hecho se sigue manteniendo hasta ahora. Bueno volviendo a tu pregunta, en Esquel deporte y política van de la mano. Fíjate que hay mucha gente que ha surgido del deporte, el Rafa es un ejemplo muy claro a partir de su tarea en el Club Belgrano, como jugador, después como técnico, como presidente del club, y paralelamente con la vida política, y así con muchísima gente. Porque el deporte siempre fue una actividad, para mí, una actividad social muy importante.
- ¿Y vos estabas vinculado también al deporte?
- Sí, de hecho aquí en la radio empecé enseguida a hacer deporte, dentro de lo que era mi tarea como locutor. Estaba contratado para trabajar seis horas como y empezamos a hacer deporte rápidamente. También ahí arrancamos en paralelo en Canal 4. Creamos un producto que se llamaba Revista Deportiva, un programa televisivo con Bulín, mi hermano, y José Luis Gambina, que tenía Video Filmaciones, y él puso los equipos. Íbamos a todos lados, filmamos todos los eventos, y un año después tuvimos un premio de la ATVC, la Asociación de Televisión por Cable Argentina, que recibimos en Buenos Aires, porque una de las cosas que remarcaban era la cantidad de muy buenos deportistas y cómo nosotros los cubríamos en todo el país, mandamos y ganamos. Fueron cinco o seis años que hicimos el programa y en paralelo, la política seguía. En el 91 vino otro grupo de concejales que ahí estaba el Manteca Lewis, Eduardo Bernardi, Juan Goya.
- ¿Cómo terminaste en el Concejo?
- Yo integré la lista de Rafa Williams y el peronismo ganó en el 99 después de mucho tiempo. En la radio era escuchado todo el día y eso me dio también alcance en las comunidades, abría la puerta para hacer cosas. Ya después en el 2003 cuando comenzamos a trabajar con Mario Das Neves en su candidatura y recorrimos cada uno de los pueblos de la cordillera, en una reunión en Cushamen me conocían por ahí más a mí y yo iba como candidato a Diputado y bromeaba con Das Neves que le iba a ganar en popularidad. La radio generaba una especie de confianza y pasó en distintos lugares en que tenía incidencia Radio Nacional.
- ¿Qué te interesaba de ser diputado entonces?
- No, a mí más que ser diputado, me interesaba mucho la forma de hacer política que tenía Das Neves, que era una política muy frontal, muy de escuchar a la gente, de recorrer, de interiorizarse, y me pasó algo muy especial. Yo ni siquiera le había planteado el hecho de ser diputado, la verdad, pero un día estábamos en Buenos Aires, yo había ido por cuestiones de trabajo, y seguro que había algún partido de Boca como corresponde, y estábamos sentados en su oficina y me muestran una lista que tenía, y cómo era la distribución geográfica de esa lista, el primero de Comodoro, el segundo de Trelew, la distribución geográfica. Tenía que hacer una buena elección en Comodoro para poder ganar, y ahí me dice, "ya tengo el primer nombre de la lista", me imaginé que quien tenía que encabezar la lista era de Comodoro, como ventaja y me dice, "sos vos". Fue la primera vez que lo habíamos hablado, y él ya estaba decidido. Pero no era pensar en ser diputado, lo que significa, sino era ser parte de un proyecto, porque detrás de Das Neves, que terminó siendo candidato único, se encolumnó todo el peronismo, y bueno, permitió ganar una elección después de mucho tiempo, tenía 33 años cuando asumí. Cordillerano, esquelense, no era tan común, y mucho compromiso. Recorrí, escuchaba a la gente y armé una oficina en Esquel para atender, ayudar a gestionar y sé que fue muy valorado. Hasta el día de hoy me encuentro con gente que dice, "vos un día me atendiste y", por ejemplo, "pudiste gestionar una beca para que mi hijo estudie". Y la verdad que me cuesta acordarme del apellido de la gente, pero me parece que es una muestra de gratitud, y creo que no es nada distinto, pero sí es un compromiso con lo que vos haces. No ha cambiado mucho tampoco. Pero creo que en una provincia como esta, en una ciudad como esta, el vínculo con la gente sigue siendo indispensable.
- Y seguiste también con el deporte.
- Sí, siempre había relación porque aparte trataba de ser un gestor también para el deporte, sobre todo en nuestra zona. Hacíamos muchas cosas y en abril del 2010, trajimos por primera vez el Rally Nacional a Esquel con Kovacevich. Después me necesitaron en el Ejecutivo y renuncié como Diputado. Hice el tramo final con un Das Neves lanzado a nivel nacional y después se terminó en diciembre de 2011 cuando me volví a Esquel, a la radio y también me separé después de 22 años de convivencia. Hoy priorizo otra cosa, con niñas chiquitas, pero siempre dispuesto a aportar. Lo siento así y no lo puedo cambiar, soy un apasionado en todo lo que hago.
- Volviendo a esta relación entre la política y el deporte, ¿Crees que tienen algo en común?
-Yo siento algo pasional por ambas. Y creo que el deporte, y lo común que veo, es que el deporte es un contenedor social para, sobre todo, los chicos en formación. Cuando los chicos hacen deporte, van a un club, tienen a alguien que los guía, que se desgastan física y mentalmente haciendo una actividad deportiva, les ayuda a orientarse en la vida. Y si vos en la política le sumás esa apoyatura, esa idea de política de Estado, de fomentar la actividad, de fortalecer los clubes, de tener bien pagos a los profes, de darles también una mano para que trabajen, o al tipo que se para en un barrio y junta a 30 chicos y los tiene ocupados, me parece que hay una relación directa. Creo que con políticas deportivas claras y establecidas y con infraestructura deportiva vos tenés mejores personas y tenés mejores pueblos y ciudades. Y después está Esquel, acá en el tiempo libre lo que podemos es salir a correr, disfrutamos la bicicleta, vamos a jugar al fútbol y me parece que eso es la síntesis de la calidad de vida que tiene la ciudad.