El Banco Central de la República Argentina (BCRA) informó que la tasa de morosidad en créditos otorgados a familias alcanzó un 6,6% en agosto, la cifra más elevada desde que se comenzó a medir este índice en 2008.
Este aumento representa un récord en la cantidad de hogares que no pueden devolver los préstamos bancarios obtenidos, reflejando una situación preocupante en el acceso y cumplimiento de obligaciones financieras personales.
En paralelo, la morosidad en los créditos a empresas también mostró un incremento, aunque en menor medida. El BCRA detalló que el ratio de irregularidad del crédito al sector privado llegó al 3,7% en agosto, con un aumento de 0,5 puntos porcentuales respecto al mes anterior.
Mientras la tasa de mora para el financiamiento empresarial se ubicó en un 1,4%, la de las familias se mantuvo en niveles mucho más altos. Cabe destacar que durante la pandemia de COVID-19, a comienzos de 2020, la situación fue opuesta: la morosidad empresarial alcanzó su récord, mientras que la familiar se mantenía baja.
El tributarista Sebastián Domínguez advirtió sobre un fenómeno particular que impacta en la mora: “Este año hubo un crecimiento significativo de la mora en el pago de las compras con tarjetas de crédito”. Según explicó, “pagar solo el mínimo es perjudicial, ya que el monto impago se financia a una tasa muy alta, generando una espiral de intereses que dificulta cancelar la deuda”.
Estos datos reflejan un contexto económico complejo para los hogares argentinos, donde el acceso al crédito se ve acompañado por crecientes dificultades para cumplir con las obligaciones financieras, lo que podría afectar la estabilidad del sistema crediticio en el mediano plazo.