Egresó en la escuela agrotécnica de Cholila y ante la imposibilidad de continuar estudiando música con el comienzo de la pandemia, volvió a su tierra natal, Cushamen, para trabajar. Eso no lo paró porque en los últimos tres años fue adquiriendo equipos y produciendo su propia música que lanza por Youtube y encontró en el rap el género para expresar con orgullo su identidad mapuche y denunciar las injusticias del Estado contra su cultura y su historia. A sus veintitrés, Brian Millanahuel responde a años de violencia con su rap mapuche patagónico: “mi música es mi arma”.
Dice que le falta teoría musical, “para poder componer y hacer mejor la música, me gusta hacerlo bien y por ese lado me hubiese ayudado estudiar”. En sus letras contundentes quiebra años de silencio y su respuesta musical es su manera de aportar a la reflexión frente a la violencia estatal y social.
Cuántos abuelos en la escuela
tuvieron que negar
su origen y jamás hablar en su lengua natal
porque el maestro le pegaba si hablaba en lengua
"ese idioma es para brutos, habla en castilla niño inculto".
Cuántos de nosotros tuvimos que sufrir
un racismo injustificado tan solo por existir
por el color de piel, por nuestros rasgos indianos,
por usar palabras que solo entienden los paisanos.
Inche Mapuche Ngen
cushamenero hasta la muerte
Representando a mi gente tal vez
nos cambie la suerte
y no tengamos que vivir
marginados, aislados
sacrificando to' lo' nuestro
para no ser olvidados.
(Manifiesto) 2022
La música en su casa siempre estuvo presente incluso antes que naciera: “mi mamá me cantaba mientras estaba en la panza”, recuerda y agrega “mi papá full cumbia”. De hecho en esa época sonaba la cumbia villera y Brian se considera cumbiero, sus primeros pasos musicales fueron en éste género. Mientras todos sus compañeros querían tocar la guitarra, algo del teclado le llamó la atención y empezó a probar notas.
- ¿Qué te impulsó a hacer música?
- Acá el contacto es con la cumbia, el folklore, Larralde, Los Manceros, Los Chalchaleros, la milonga. También se curte mucho acá en Cushamen el chamamé, pero la música está por todos lados. Desde que arranqué me incliné más por la cumbia y cuando apareció el rap me voló la cabeza porque tiene un estilo directo y me abrió la mente sobre las cosas que pasaban. Por ejemplo prestarle atención al entorno que vivimos, porque por ahí uno se acostumbra a ciertas cosas y las normaliza y cuando salí a Cholila me di cuenta que si bien no es mucha distancia, la realidad es muy distinta. Por el clima, por el origen de nuestras comunidades, hay cosas que no están bien, no vivimos de la mejor manera pero nos acostumbramos, nosotros no pensamos desde cuándo vivimos así, si es desde ahora o antes, pero lo hicimos así y pensamos que tenemos que seguir viviendo así. Pero esa no es la idea, la idea es mejorar, no estar siempre sufriendo o en lucha, de ahí es que se me ocurrió visibilizar eso en la música.
-¿De dónde te vino esa perspectiva?
- La verdad no sé de dónde viene, no sé cómo decirlo, pero yo de muy chico me consideré una persona consciente, no sé por qué, por ahí gente más grande se daba cuenta de que yo estaba pensando de otra forma. Era muy renegado en el sentido de preguntarme ¿cómo van a estar pasando estas cosas? Creo que también puede venir del lado de que yo desde muy chico leo mucho, vivía metido en la biblioteca, siempre me gustó la historia, estaba todo el tiempo informándome, yo creo que por ahí vino. No era el típico que anda todo el día en la calle jugando al fútbol, estaba metido en la biblioteca. Cuando empecé con la música ya andaba un poco más en la calle, pero siempre volvía a tocar el teclado, intentar sacar un tema o leer, informarme.
- ¿Y leías historia nacional, historia local?
- Lo que venía. Primero cuentos, historias, leyendas, y también después mucha historia nacional. Cuando uno es chico, mamás lo nacional desde la escuela, el nacionalismo, y por ahí vos te agarrás de eso, te volvés muy fiel a eso. Después lo que vi es que muchos nos menosprecian a los mapuches porque nos dicen chilenos y la verdad es que hay algunos mucho más patriotas que los que se autoreconocen de Argentina, nosotros siempre seremos mapuches. Pero sí, la historia me gusta, el Martín Fierro me enganchó durante mucho tiempo, siempre relacionándolo a cómo vivimos ahora que por ahí cambian algunos aspectos de la modernidad pero sigue siendo parecido por la injusticia que pasaba y cómo todo eso termina desembocando en que fuera un malviviente. Eso me hizo reflexionar que las circunstancias de la vida llevan a personas buenas a terminar haciendo cosas malas. Además a partir de mis diez años cuando apareció el rap, empecé a escuchar Fuerte Apache y fue otro click porque la realidad es que no hay ningún barrio urbano acá pero hay muchas realidades que también se viven en los pueblos. Por ahí te la pintan siempre de que los pueblos chiquitos como que son lindos para vivir, es verdad que no hay tanta violencia como en la ciudad pero la realidad es que están más ocultas por ahí, no aparecen en los medios ni en Youtube.
EN LA CIUDAD, EN EL PUEBLO, EN EL CAMPO, EN LA MÚSICA
Así como las injusticias se repiten en distintos colectivos y desde distintos aspectos, la música parece ser un puente que se tiende, une, conecta. Mientras atraviesa paisajes y realidades, algo reverbera también en la historia de Brian, de otros jóvenes que eligen quedarse y producir música, pero también aportar a su comunidad y contar con su propia voz.
-¿Qué define los temas de tus letras?
- Me acuerdo que los de Fuerte Apache hablaban de sentirse orgullosos de dónde venían, por más que tenían una realidad re jodida, cantaban y no se callaban la boca y eso me volvió a recordar que acá también pasaba mucho eso de andar en la calle. Yo a los 10, 11 ya arranqué y no es lindo, pero es una realidad, empiezan a tomar, a fumar, andan haciendo cosas de pendejos, muchos sin papás o que no estaban en sus casas por distintos motivos. Después ya tienen que luchar para empezar a laburar y todo en medio de un desamparo. Otros son padres en temprana edad y se tienen que hacer cargo de sus hijos es como el tema ese ´El mundo al revés´ de Fuerte Apache, que dice ´En otro lado, con 14 son niños que se esconden, en cambio en mi mundo con 14 todo un hombre´.
- ¿Y qué crees vos? ¿Qué te hizo correrte de eso?
- No sé, yo no creo que me diferencie mucho porque yo también anduve mucho tiempo metido en eso. Yo arranqué como a los 13, 14 años en la esquina, me iba con los chicos por ahí, andaba el fin de semana entero fuera de casa tomando, haciendo huevadas y después me cansé. Nunca buscando problemas, pero es la realidad que nos tocó, no había mucho para hacer, no había gimnasio y tampoco con respecto a lo cultural. El cambio fue en Cholila por que acá sigue siendo un poco así, terminas la escuela y tenías toda la tarde libre. El hecho de irte a estudiar a otro lado, alejarte de tus viejos, también te hace curtirte un poco a diferencia del que se queda con su papá.
EL PODER SONIDERO
En Cholila empezó a hacer música con su banda de cumbia, “Poder Sonidero” y se acomodaban en la casa que podían para conectar y ensayar, cuestión que sigue sucediendo pero en las redes sociales y con el rap, la música de Brian llegó más allá de Cushamen.
- ¿Qué crees que hace que tu música llame la atención?
- Mucha de la música habla cosas de otros lados, yo quería hablar de verdad, de nuestra cotidianeidad. El rap por ahí tiene el cuentito de Estados Unidos de que vas a ganar plata, a tener cadenas de oro, cuando estamos en una realidad donde el país viene para atrás. Un pibito no puede comprarse una cadena de oro cuando su familia no tiene para comer. En cuanto a lo musical me gusta toda la música pero el rap tiene eso de largar contenido contestatario, de protesta y se puede meter mucha info en pocos minutos y eso está bueno.
- ¿Siempre autodidacta?
- Sí, arranqué con la guitarra porque acá hay mucho chamamé y en Cholila, que teníamos algunos instrumentos en la escuela nadie quería tocar el teclado, ahí escuchaba canciones de oído y trataba de ir sacando. También preguntando mucho, para la milonga me acuerdo primero saqué el rasgueo y después las notas y con eso empecé a meterle mano. Como venía de la cumbia para mi el teclado era lo más.
- ¿Y con qué grababas?
- Yo empecé a grabar hace realmente poco, hace como dos años, tres años. Como lo de la pandemia no me permitió seguir estudiando pensé... si yo quiero hacer música, que salga lo que salga. Y ahí empecé, porque si a mi me gusta mi música, a alguna otra persona le va a gustar también. Pero me decidí, busqué en Youtube cómo se grababa, me bajé el Reaper y si bien no entendía nada es lo que sigo usando, fue mi primer paso. La primera vez que grabé hice primero la guitarra y después la voz y fue re flashero porque tenía ahí en la compu algo que había hecho yo, creo que era un tema de Los Dragones. No se escuchaba bien, pero después aprendí sobre la placa de audio y ahorré para comprar una. Yo quería hacer música ya.
MÚSICA PARA DECIR
La mayoría de las letras de las canciones de Brian denuncian el silencio que se le impuso a las comunidades mapuche y tehuelche y discute con la idea construida de que desaparecieron todos los pueblos originarios. Reivindica su origen y construye una mirada a futuro que con ese propio gesto muestra cuán viva y cuánto tienen para decir los pueblos de esta región.
- ¿Fue el género el que te abrió la posibilidad de hablar de tu identidad?
- Es que fue mucho silencio. Cushamen se formó después de la Campaña del Desierto y toda la gente que llegó acá era mapuche. Después empezaron a llegar turcos, a comerciar y toda la huevada. Acá somos todos descendientes mapuche y todos lo saben aunque por ahí alguno se haga el boludo y si preguntás no te dicen nada. Siempre hay uno que empieza a charlar con su abuelo y en el caso de mi familia fui yo, por eso desde chico conozco lo que son las rogativas, los camarucos... pero también era algo nuestro y al no salir tanto, nosotros pensábamos que los únicos mapuche éramos nosotros. No nos dábamos cuenta, yo no tomaba dimensión que hay mapuche desde Neuquén y La Pampa hasta casi al norte de Santa Cruz. Incluso Chile donde hay mucho más rap, acá pegó más el metal pero a mí que me gusta el rap y a los chicos de mi edad también, yo podía llegar con eso, quería escuchar eso y bueno, si yo lo puedo hacer lo voy a hacer y así fue. En vez de esperar a ver si va a salir alguien a hacer esto yo arranqué, fue una necesidad además de aportar algo a mi pueblo, apoyar para que esta cosa no se pierda. A muy pocos se les da la oportunidad de salir a contar nuestro lado de la historia porque yo en mis canciones conté muchas cosas, de cómo fue realmente la Campaña, que por ahí se hablaba de una guerra cuando en realidad fue todo un avance o se habla mucho de que nosotros somos chilenos. Siempre lo digo, nosotros todos los mapuches que estamos hoy acá somos los que sobrevivimos de los que escaparon. Hicieron lo que tuvieron que hacer para sobrevivir y siempre se habla de que se cruzaron al lado de Chile o lo que sea. También se habla mucho de los mapuches buenos, de los malos, como que nos quieren dividir y somos un solo pueblo, por ahí también los medios ayudan mucho a dividir. Hay muchos peñis que por distintos procesos históricos hoy tienen la cara blanca pese a que son paisanos y yo dije ´a mí qué me van a decir si yo soy mapuche, tengo los rasgos indígenas, el apellido originario' y así todo cuando se empezaron a difundir mis temas empezaron a comentar eso del falso mapuche que está cantando en español o en cristiano y un montón de críticas. ¿Qué les voy a decir? Hay todo un proceso histórico que a nosotros nos hizo desarraigar de eso y hoy te critican porque todo eso que te sacaron vos no lo tenés. Entonces uno va buscando cada día su identidad y trato de fortalecerla.
- ¿Qué te hace pensar esa recepción?
- Es que nos sacaron mucho, quieren determinarnos de alguna manera. Yo no sé mi lengua, somos un montón que no sabemos la lengua, así uno sepa más o menos, yo ahora sé un poco más y la mayoría sólo entendemos el español, entonces no puedo venir a tampoco a dar un mensaje en una lengua que no la van a entender. Sí meto frases en lengua como para que se investigue qué dice. El público al que quiero llegar yo, la conciencia que quiero despertar, no me va a entender aunque esté en contradicción.
-¿Hacés música con otros?
- Sí, cumbia, participé también de un evento en El Bolsón. Pero acá todos hacen cumbia o chamamé y en ese ámbito me muevo.
- ¿Cómo ves el futuro para los pibes en ese contexto?
- Mirá, yo lo que te puedo hablar es de mi pueblo hoy. Creo que al ser chicos acá faltan oportunidades, pero no es que no existan posibilidades, a nadie le gusta sentirse estancado. Ahora hay más posibilidades en Cushamen, en el deporte, en lo cultural, si eso está los pibes están menos en la calle pero falta mucho. Cuando están las oportunidades, el interés de las personas se nota. Yo ahora por ahí aparece uno y me dice ´me gusta tu guitarra´ y se la presto, tratamos de ayudarnos no de competir. También es una cuestión de actitud, a mi no me gusta seguir la moda, con el corte de pelo, la ropa, a mí me gusta ser más propio, más yo, decir y ser orgulloso y que los chicos tengan esa actitud, siempre con respeto pero sentirse orgulloso de uno mismo, es por ahí. Mi música es mi arma, yo peleo desde ese lado, evito la violencia porque ya la hemos vivido demasiado.
- ¿Es la música tu trabajo?
- Trabajo en Producción en la Municipalidad. Me gustaría estar más enfocado, planificar más temas, mas videos, pero la voy llevando.