El próximo lunes, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo se encontrarán con Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una reunión que marcará un punto clave tras la firma del acuerdo en abril y en un contexto de creciente tensión económica y financiera en Argentina.
Este encuentro será el primer contacto directo entre los funcionarios argentinos y la máxima autoridad del FMI luego de las turbulencias que se profundizaron tras la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre. Además, Caputo deberá responder por las fuertes intervenciones del Banco Central en el mercado cambiario, que en apenas tres jornadas alcanzaron USD 1.110 millones sin lograr contener la presión sobre el dólar dentro de la banda cambiaria establecida en abril.
El viaje de Milei a Estados Unidos incluye también una reunión bilateral con Donald Trump y la recepción de una distinción del Atlantic Council, un think tank especializado en temas estratégicos. La delegación argentina estará integrada, además de por Caputo, por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el canciller Gerardo Werthein; y el vocero Manuel Adorni.
La agenda contempla, además, un encuentro informal con el economista Alberto Ades y una reunión con el profesor Xavier Sala-i-Martin, de la Universidad de Columbia. Sin embargo, la cita más relevante será la de la tarde del lunes con Georgieva y su equipo, donde se analizarán en detalle las metas fiscales, la política monetaria y, en especial, la estrategia cambiaria y las intervenciones sobre el mercado de divisas.
Argentina es actualmente el principal deudor del FMI, con una deuda superior a los USD 60.000 millones, que representa casi el 35% de la cartera activa del organismo. Entre abril y finales de julio, el Fondo desembolsó USD 14.000 millones que constituyen el 70% de los recursos líquidos disponibles para el Gobierno, vitales para enfrentar la reciente corrida contra el peso.
En paralelo a esta reunión, el Gobierno negocia con Estados Unidos un préstamo adicional de USD 30.000 millones para cubrir vencimientos y fortalecer las reservas internacionales, lo que además tendría un fuerte impacto político de respaldo externo.
El FMI, tras la derrota electoral en Buenos Aires, respaldó públicamente las medidas oficiales para contener el tipo de cambio y afirmó que “el personal técnico del FMI colabora estrechamente con las autoridades argentinas en la implementación de su programa para consolidar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país”. También destacó el compromiso con el “marco cambiario y monetario del programa” y la adhesión a la “agenda integral de desregulación”.
No obstante, la presión sobre el mercado cambiario se intensificó en las semanas siguientes, con el Banco Central realizando intervenciones récord para contener la depreciación, y con el proyecto de Presupuesto 2026 anunciando una reducción en la meta fiscal del 2,2% al 1,5% del PIB.
La reunión del lunes será fundamental para definir el rumbo económico en un escenario de alta volatilidad y desafíos políticos, donde el equilibrio entre el apoyo internacional y la política interna será clave para manejar la crisis cambiaria y financiera.