¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

30 de Junio de 2025

Alfonso Díaz Barría “El Roto Chileno”: una vida cargada de historias desde Puerto Montt a El Bolsón

Alfonso Díaz Barría o el “Roto Chileno”, como lo conoce todo el mundo, es un entrañable vecino de El Bolsón que siempre está presente en todas las fiestas patrias. Orgullosamente chileno, pero al mismo tiempo, enormemente agradecido a la Argentina y a El Bolsón que es donde formó su familia. InfoCordillera te lleva a conocer su vida, cargada de anécdotas desde su Puerto Montt natal, hasta la Comarca Andina.

Sabado, 21 de septiembre de 2024 a las 06:40

Entrar a su casa en el barrio Usina, a la vera del río Quemquemtreu es como viajar de golpe a algún sector del sur de Chile. Obviamente nos recibe para esta entrevista con sopaipillas recién hechas por Silvia, su mujer de años y años y chilena también.

Alfonso nos recibe con una amplia sonrisa y una calidez que refleja el carácter humilde que lo ha acompañado a lo largo de su vida. Sentados frente a un café caliente, comenzamos a escuchar su historia, una historia que trasciende lo personal y refleja la lucha de muchas familias que cruzaron la cordillera en busca de un mejor porvenir.

Comenzando con la charla, nos cuenta que es nacido en Puerto Montt, allá por el 20 de noviembre de 1953. Sobre sus primeros años en Chile nos relata: “Mi infancia fue muy humilde. Éramos una familia trabajadora, y desde chiquito ya entendíamos lo que era el esfuerzo. Recuerdo los inviernos con esas heladas tremendas en donde íbamos descalzos a la escuela, abrigados como podíamos porque no había para más. Pero a pesar de todo, la escuela era nuestro refugio, nuestra manera de soñar con algo mejor".

La nostalgia se apodera de su voz mientras recuerda a su madre, que con manos gastadas por el trabajo cuidaba de él y sus hermanos. “Mi madre era una mujer fuerte, de esas que no se ven mucho ya. A pesar de las dificultades, nunca nos faltó comida en la mesa, aunque fuera poco. Me enseñó lo que significa la palabra sacrificio”.

Sobre su padre también tiene recuerdos muy fuertes y que lo marcaron para toda su vida. “Con él todos los años íbamos de Puerto Montt hacia Chiloé y más al sur. Por ese entonces no existían lanchas a motor y siempre navegábamos en embarcaciones a vela”, detalla con emoción, remarcando que “eran tres días de viaje si tenías viento a favor sino tenías que ir cambiando la botavara a la vela para que el viento de ayude” agregando que “cuando nos faltaba la comida, echábamos el ancla e íbamos a marisquear a la costa y dentro de la misma lancha con un bracero con carbón hacíamos algún curanto”.

“Mi papá viajaban toda la noche al mando del timón, sin brújula ni nada, simplemente orientándose con las estrellas”, señala con la voz movilizada por el recuerdo.

Según recuerda, reconoce que ya de chico soñaba con conocer la Argentina donde vivía su hermana. “Siempre soñaba con viajar y siempre preguntar para aprender”, nos dice

Con el tiempo, la situación en Chile se hizo difícil, y como muchos otros compatriotas, Alfonso decidió buscar un nuevo destino al otro lado de la cordillera. "Llegué a El Bolsón en el año 1977. Al principio fue duro. No conocía a nadie, pero de a poco me fui haciendo un lugar. Esta tierra me recibió con los brazos abiertos", relata.

Sobre aquellos primeros años, recuerda que “uno cuando emigra no lo hace por placer sino por buscar una vida mejor y en aquella época conseguí un contrato de trabajo acá en El Bolsón para trabajar en la construcción”.

Durante su vida, “El Roto Chileno”, trabajó como constructor, después comenzó a hacer karate, otro de sus amores, siendo de los primeros en practicar el arte marcial en la localidad y actualmente lleva casi 50 años como instructor.

“Además, a través de un amigo me llegó la oportunidad de trabajar en una farmacia pese a que no tenía nada de experiencia”, detalla, señalando que “pagué siete meses de derecho de piso para aprender, pero fue así que esa se convirtió en mi ocupación por más de 8 años”.

 También fue cerrajero y hasta en alguna ocasión, por su experiencia en el karate, fue guardia de seguridad de un candidato a presidente en Chile.

Al hablar sobre las tradiciones, los ojos de Alfonso brillan de manera especial. "Cada año, cuando llega el 18 de septiembre, es imposible no recordar mis raíces. Es un día en que todo chileno, sin importar dónde esté, siente una conexión especial con su patria. Y aquí, en El Bolsón, tratamos de celebrarlo como si estuviéramos en casa. Hacemos asados, bailamos cueca y compartimos con los vecinos. Es mi manera de mantener viva la cultura de mi país", explica con una sonrisa.

Según cuenta, su apodo surgió a través de una banda de música que formó años atrás, donde tocaban por toda la zona música chilena. Entre otros nombres barajaron ponerle Pablo Neruda o Gabriela Mistral, pero no, finalmente les quedo el de “Los Rotos Chilenos”.

"El roto siempre ha sido el trabajador, el que lo da todo por su familia, el que se levanta a pesar de las dificultades. Y yo me siento muy identificado con eso", comenta.

A lo largo de la entrevista, Alfonso nos va regalando pequeñas anécdotas que hablan de su vida, de sus días en Puerto Montt, de su llegada a El Bolsón y de cómo, con el tiempo, logró convertirse en una parte esencial de la comunidad. "El secreto está en nunca dejar de luchar, en valorar lo que uno tiene y en nunca olvidar de dónde viene", nos dice casi como un consejo de vida.

Al preguntarle sobre si volvería a vivir a Chile, rotundamente nos responde que no, solo para pasear. “Obvio uno extraña su tierra natal, pero esta es mi casa ahora. Aquí formé una familia, aquí tengo amigos, y por eso le estoy enormemente agradecido a este país”

Para este vecino, mantener viva la tradición no solo es un acto de celebración, sino una forma de recordar de dónde viene y lo que ha tenido que superar. “El Roto Chileno”, apodo que lleva con orgullo, es un reflejo de esa lucha y perseverancia

El relato de Alfonso, "El Roto Chileno", no es solo el de un hombre común, sino el de una generación que cruzó fronteras en busca de una vida mejor. Su historia es la de miles de chilenos que encontraron en Argentina un segundo hogar, sin dejar de lado las tradiciones y los valores que los formaron.

Hoy, a sus 70 años, sigue siendo un pilar de la colectividad chilena en El Bolsón, un hombre que representa lo mejor de la lucha y la perseverancia. Con una vida de trabajo y dedicación, sigue adelante con una sonrisa, compartiendo su historia y sus tradiciones con todos aquellos que quieran escuchar.