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13 de Agosto de 2025

Daniel Cahuimpan: un viaje al significado del “Wiñoy Xipantu” o Año Nuevo Mapuche

Entre el 21 y el 23 de junio, los pueblos originarios de la región celebran el Wiñoy Xipantu o Año Nuevo Mapuche. Junto a Daniel Cahuimpan, reconocido vecino de El Bolsón y nacido en el corazón de la meseta patagónica, realizaremos un viaje a la memoria para conocer su hermoso significado.

Sabado, 22 de junio de 2024 a las 05:27

Con motivo de esta fecha tan importante para nuestros pueblos originarios, InfoCordillera entrevistó a Daniel Cahuimpan, reconocido vecino de El Bolsón y trabajador de Salud Pública, quien nos hizo recorrer un viaje en la memoria para conocer todos los detalles del Wiñoy Xipantu o Año Nuevo Mapuche.

Según expresó, “realmente es un gusto poder compartir estos recuerdos de lo que es una gran festividad para el Pueblo Mapuche que significa el comienzo de nuevo de la vida” explicando que “Wiñoy Xipantu significa que el sol comienza a volver a salir para nosotros”, remarcando que “esto esté íntimamente relacionado con la astronomía y el solsticio de invierno en el Hemisferio Sur”.

“Este es un festejo que no solo tienen los Mapuches sino también todos los pueblos originarios de América que señalan este día como un comienzo en donde la Tierra empieza a mirar de nuevo al Sol y por ende la renovación de la naturaleza” señaló.

Consultado sobre sus orígenes nos relató: “Yo nací en la Meseta Patagónica, donde ha estado desde siempre mi familia, Cahuimpan por parte de padre y Quintrilef por mi madre, que son pobladores ancestrales de la zona ubicada entre Ingeniero Jacobacci, Río Chico y Mamuel Choique”.

Sobre el significado de su apellido, con un orgullo que se le nota en los ojos, Daniel nos explica que “la última parte del apellido marca nuestro linaje y en el caso del mío, Cahuimpan, Pangui significa Puma y por otra parte, Cahuim es una reunión alegre” enfatizando que “lo que tienen los apellidos mapuches es que representan una imagen, una historia y en el mío, yo me imagino una situación de una puma a la orilla de un lago luego de haberse alimentado y ronroneando junto a sus crías”.

Continuando con el viaje hacia el Wiñoy Xipantu nos explica que “históricamente, desde niño uno va viendo que estos 3 o 4 días entre el 21 y el 23 de junio son muy especiales para nosotros, aunque en principio uno no entiende mucho, pero ve que se reúnen los abuelos y toda la familia que a veces viajan cientos de kilómetros y hay un clima de alegría a pesar de que quizás haya mucha nieve y se festeja el renacimiento de la vida y naturaleza”.

Recordando estas antiquísimas tradiciones, Daniel explicó que “hay que bañarse temprano para amanecer el día del Año Nuevo, limpios, puros y con nuevas expectativas de vida” agregando que “otra cosa que desde siempre se hace es despertar a los árboles, principalmente frutales que se tienen en las casas, por eso nos acercamos en la noche y los sacudimos diciéndoles que se despierten que ya está viniendo el sol y hay que dar frutos”

Asimismo, explicó que “a lo largo de los años hemos tratado de mantener vivas estas tradiciones y nos juntamos en este día especial, recodando a nuestros abuelos, contando historias por sobre todo para legarlo a los nuevos integrantes de la familia que van viniendo”, aclarando que “los tiempos actualmente son muy rápidos, pero buscamos juntarnos a cenar todos juntos”.

Justamente sobre esto último, destacó que “las comidas tienen una importancia muy especial en esta fecha y allí aparece por ejemplo la sopa de concón que es una masa de harina y huevo que se cocina en caldo, como así también el asado con la carne de algún animal que se faenaba para esta fecha y también el muday que es una bebida que se hace con trigo fermentado, entre otras cosas.”

Con mucha emoción recordó a sus abuelos, señalando que “yo los pude disfrutar mucho y vivir a diario todo lo que es nuestra cultura ancestral. Es así que tengo en la memoria a mi abuela que, para preparar las comidas, antes de sacrificar un animal pedía permiso en su idioma a la Naturaleza, con un canto que se llama Taiel que es como un murmullo cantando y que no es otra cosa que ir agradeciendo a ese animal, a la naturaleza y a Ngenechén que es nuestro dios”.

Por otro lado, explicó que “muchas veces se dice que los Mapuches somos los Dueños originarios de la tierra, pero es mucho más que eso ya que nosotros somos Parte de la Naturaleza” remarcó.

Finalmente, invitó a que “en estas fechas, miremos más hacia la tierra y observar que es lo que está pasando en este momento y allí entenderemos más que es lo que se festeja. Cuando uno ve las nevadas quizás se piensa que está llegando el invierno, sintiéndolo como algo difícil, pero para nosotros es diferente, ya que lo tomamos como algo necesario y esa nieve será más adelante el agua que riegue nuestros campos y nos dé de beber a nosotros y nuestros animales. Es por ello que en esta fecha festejamos que está volviendo el Sol, que está volviendo la vida, y eso es maravilloso”.

Poder escuchar las palabras de alguien como Daniel Cahuimpan, que con tanto énfasis comparte lo que son los recuerdos del Pueblo Mapuche, nos lleva a un viaje donde se puede conocer un poco más sobre cómo vivían aquellas personas cuyo linaje se remonta a cientos o quizás miles de años atrás. Y entender de qué se trata el Wiñoy Xipantu o Año Nuevo Mapuche, donde se nos invita a todos, más allá de nuestros apellidos u orígenes, a entender que aun en la noche más larga nace la esperanza de un renacer y que la vida comienza de nuevo, con todas las oportunidades que eso significa.