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28 de Septiembre de 2025

“De Chacay Huarruca al corazón del cuartel”: la historia de la primera mujer en la jefatura de Bomberos de El Bolsón

Es mamá, emprendedora, bombera voluntaria y, desde hace poco, la primera mujer en la historia del cuartel local que ocupa un cargo en la superioridad. La vida de Soledad Millaleo es un ejemplo de compromiso, sacrificio y amor por su comunidad.

Sabado, 05 de julio de 2025 a las 09:23

En una entrevista cargada de emoción, Soledad Millaleo compartió su historia con Info Cordillera: nacida en un paraje en el corazón de la Línea Sur, criada entre fogones, ovejas, esquilas y mates con leche, hoy ocupa un lugar inédito en la historia del Cuartel de Bomberos Voluntarios de El Bolsón: es la primera mujer en asumir un cargo de conducción dentro de la institución.

Soledad Millaleo no nació en El Bolsón, pero hoy es parte de su historia viva. Vino desde el paraje rionegrino de Chacay Huarruca, a pocos kilómetros de la localidad de Ñorquinco, con apenas 12 años y un sueño: poder estudiar el secundario. En esa época, no había escuelas secundarias cerca de su casa, así que la decisión fue dura: dejar su hogar, su campo, su gente, para poder seguir aprendiendo. Vino junto a su papá, que consiguió trabajo en El Bolsón. Atrás, quedaron su mamá y sus hermanos, que más tarde también se trasladarían para empezar una nueva vida en la ciudad.

"Nos costó mucho adaptarnos, pero tuvimos la ayuda de mi tía Nélida, hermana de mi papá, que nos abrió las puertas de su casa", cuenta hoy, con una mezcla de orgullo y gratitud. Su papá, de toda la vida trabajador rural, terminó jubilándose en el Corralón Comarca Andina. Su mamá, ama de casa, fue el soporte silencioso de cada uno de esos pasos.

A pesar del esfuerzo inicial, Soledad no terminó el secundario en ese momento. "La adolescencia, las cosas de la vida...", resume. Pero muchos años después, demostrando que nunca es tarde, lo completó a los 42 años a través del IPAP y ya siendo bombero. "Ya me llegó el título", dice hoy con una sonrisa de orgullo en su rostro.

 

Una infancia marcada por el campo y el calor de hogar

De su infancia en Chacay Huarruca guarda postales llenas de afecto: las comidas de su abuela materna en época de esquila, ayudar a su abuelo paterno a darles pasto a las ovejas durante el crudo invierno, los mates con leche después de la siesta, y las anécdotas que su abuelo contaba sobre su juventud. "Eso es lo que te forma", afirma.

Hoy es madre de tres hijos varones: Néstor, Lautaro y Benjamín. Su pareja, Luciano Salazar, trabaja en un corralón local y es, según ella misma dice, un pilar fundamental. "Sin él, yo no podría hacer todo lo que hago. La familia es nuestro pilar, porque ser bombera implica muchas horas fuera de casa, perderse eventos importantes. Pero ellos están y me bancan."

 

De aspirante a líder: una vocación que creció con el tiempo

Soledad se hizo bombera en 2013, pero la historia comenzó antes. Dos de sus hermanos ya eran voluntarios, y ella los escuchaba contar experiencias que la dejaban atónita. "Les decía: están locos, no pueden estar ahí adentro", recuerda riendo. Sin embargo, todo cambió tras un episodio que la marcó profundamente: una convulsión que sufrió uno de sus hijos. En la desesperación, manejó fuera de sí rumbo al hospital y estuvo a punto de causar un accidente. "Sentí que necesitaba prepararme para no volver a vivir algo así". Así fue como se anotó para ser aspirante a bombera. "Fui una de las últimas en inscribirme ese año. Y acá estoy desde entonces".

Once años después, Soledad es la primera mujer en la historia del cuartel de El Bolsón en ocupar un cargo de jefatura: hoy se desempeña como segunda jefa. Un logro que no busca destacar, pero que la enorgullece: "Nunca me imaginé estar en este lugar. No lo busqué, no lo esperé, pero la vida te pone donde tenés que estar".

 

Emergencias que dejan huella

A lo largo de su carrera bomberil, enfrentó situaciones extremas. Recuerda con especial dolor el accidente en la bajada del Foyel, hace dos años, donde murieron tres personas, entre ellas un menor. "Fuimos la primera dotación en llegar. Fue durísimo para todos". También participó en los grandes incendios de Las Golondrinas y Confluencia, donde fue cuartelera. "Una madrugada, apareció una familia con un nene, empapados, atrapados en medio del fuego. Les dimos abrigo, comida. Eso te conmueve."

 

Ser mujer, madre y bombera

"Ser mujer en el cuartel no es distinto. El uniforme es el mismo, las emergencias también. Pero sí, como mamá, como esposa, como hija, tenés que multiplicarte. Hay enojo en casa a veces, claro. Pero también mucho orgullo", dice. "Hoy soy segunda jefa. Tengo otra responsabilidad. Estoy muchas horas acá, siempre pasa algo. Pero mis hijos entienden. Mis padres también. Me acompañan en silencio, como siempre".

 

Un mensaje para quienes sueñan con ser bomberos

Soledad tiene claro que ser bombero no es un trabajo: es una vocación. "No cualquiera puede hacerlo. No es solo apagar incendios. Es responsabilidad, es respeto, es entrega."

A quienes se acercan al cuartel, a quienes sueñan con usar un casco o salvar vidas, les dice: "Que no dejen de soñar. Que los sueños se cumplen si uno pone esfuerzo. Y que ser bombero voluntario, aunque no tenga sueldo, te da una satisfacción que no se puede explicar".

Y concluye, con los ojos brillosos y el corazón en la mano: "Tengo 43 años y nunca imaginé llegar hasta acá. Nunca pensé estar en este lugar, ni siquiera quedarme a vivir en El Bolsón. Pero acá estoy, con mi historia, mi familia, mis raíces, mi uniforme. Y con mucho por dar todavía."

Soledad Millaleo no solo es bombera. Es ejemplo, es madre, es historia. Es el fuego del compromiso y la calma que da saber que hay personas como ella cuidando a los demás.