Para esta nueva entrevista exclusiva de InfoCordillera, entre mate y mate, comenzamos a charlar con Ivana quien nos cuenta que tiene 30 años, de los cuales 14 ha pasado dentro del Cuartel de Bomberos Voluntarios de El Bolsón ya que ingresó como aspirante a los 16 años.
Obviamente, le preguntamos si desde chica soñaba con ser bombero, y su respuesta nos sorprendió. “La verdad que no. Nunca se me había pasado por la cabeza siquiera y entré en realidad por curiosidad ya que un primo mío estuvo muchos años formando parte del Cuartel de El Bolsón y en una oportunidad que se abrió la inscripción y me invitó”, recuerda, señalando que “me anoté para ver si me gustaba, pero sin tener idea que ofrecía la profesión y acá sigo, no me fui más”.
Actualmente uno puede ver muchas más mujeres formando parte de profesiones que históricamente se han pensado que solo eran para los hombres y sobre esto Ivana indica que “cuando yo arranque solo había cuatro mujeres formando parte del Cuerpo Activo y hoy por fortuna somos cerca de 15 y se están por sumar más que están haciendo el curso de Aspirantes”.
Consultada sobre si cuando se sale a una emergencia hay alguna diferencia entre hombres y mujeres, sin dudarlo nos responde que no. “Cada vez que tenemos una salida somos todos iguales y se trabaja codo a codo” señala, aclarando que “quizás alguno es más idóneo en cierto trabajo por lo que se aboca a eso, pero después, no hay diferencias”.
Pero por un ratito, nos alejamos de su profesión como bombero y nos metemos en lo que fue su infancia y es así que nos cuenta que nació en El Bolsón, pero desde muy chica se crio en Mallín Ahogado, mas precisamente en el Cerro Saturnino.
Ivana reconoce que tuvo una infancia hermosa, y le brillan los ojos al evocarla. Pero de inmediato la emoción la domina y las lágrimas no tardan en aparecer. Con la voz quebrada, reconoce que se emociona mucho al recordar esa época de su vida y nos relata que “desde muy chica me crie junto a mi mamá y mi hermano con mis abuelos maternos” agregando que “mi papá vivía en El Bolsón, pero pese a que estaba presente, nunca convivimos y falleció cuando yo tenía 5 años”.
“Por eso mi infancia se basó en lo que me pudieron dar mis abuelos y todo el esfuerzo que hicieron” señala, remarcando que “mi abuelo salía a trabajar muy temprano, no importaba si hacía frio, lloviera o nevara y volvía muy tarde”, recordando que “los fines de semana hacía las compras en una despensa que había ahí en el campo y por más que no cobraba mucho, siempre llegaba con un alfajor o una golosina para mi hermano y para mí”.
“Por más que vivía de changas, jamás nos hicieron faltar nada y siempre hubo un plato de comida en la mesa”, destaca, y con una sonrisa, reconoce que sus abuelos son sus héroes.
Luego nos cuenta que la primaria la hizo en la Escuela 118 en la Pampa de Mallín Ahogado. “Me acuerdo que en los primeros años teníamos que ir caminando varios kilómetros por un callejón muy empinado que en invierno era complicado por la helada o la nieve y en verano, subirlo era un suplicio por el calor”, explica, agregando que “luego por suerte empezó a pasar el transporte escolar y era más fácil”.
Sobre esa etapa le preguntamos si era buena alumna o de las que se sentaba en el fondo del aula y reconoce que “incluso, el primer grado lo hice unas pocas semanas porque era bastante inteligente y el nivel que estaban dando yo ya lo sabía todo, por lo que la maestra habló primero con mi mamá y luego con la directora y me pasaron directo a segundo grado”.
Volviendo a su experiencia como bombero, quisimos conocer qué situación la ha marcado lo largo de estos años, a lo cual relata que “el desafío más grande que he tenido tiene que ver con los grandes incendios forestales que se produjeron en la región”, indicando que “yo cumplo años el 8 de marzo y justo varios de estos desastres fueron para esa fecha por lo que el festejo fue combatiendo las llamas”.
En uno de estos incendios, Ivana fue conocida a nivel nacional ya que una foto suya se viralizó y salió en portales de noticias y canales de todo el país. “Justo fue para el incendio de Cuesta del Ternero y fue mi primer incendio forestal grande”, nos explica, recordando que “ese día había estado cumpliendo guardia como cuartelera y como que había que hacer relevo del personal porque llevábamos varias jornadas trabajando, fui y me quedé durante la noche en uno de los sitios donde estábamos para proteger unas viviendas” agregando que “como veníamos muy agotados todos y además durante la noche usualmente no se combaten este tipo de incendios, me acomodé en el piso abrazada con un perrito que andaba por ahí y así me quedé dormida porque me ganó el cansancio y alguien sacó esa foto que después se difundió por todos lados”.
También recuerda un accidente muy grave que se produjo en la Ruta 40 en la zona de El Foyel donde hubo varias víctimas fatales producto del choque entre un auto donde viajaba una familia de turistas y un camión que llevaba leña. “Fue la primera vez que tenía que intervenir en una emergencia donde había personas fallecidas” detalló, indicando que “yo ese día estaba de guardia en el Destacamento de Mallín Ahogado y fuimos los primeros en llegar, pero todavía no sabíamos que había víctimas fatales y fue muy impactante”, remarcando que “primero atendimos al chofer del camión que había quedado desbarrancado y luego nos ocupamos del auto ya sabiendo que varias personas habían perdido la vida y fue allí que intentamos tratar de tapar con una lona la escena ya que veíamos que pasaba la gente en otros autos o en los colectivos y se notaba su cara de impacto ante lo que había ocurrido. Pero luego de la emergencia pude procesarlo y por fortuna no me quedó un trauma de lo ocurrido”.
Ivana, con orgullo se reconoce como “bombero para toda la vida porque esta es mi vocación”. Asimismo, nos dice que una de las cosas que más le gusta y es su cable a tierra es estar con sus mascotas. “Soy muy bichera. Tengo 4 gatos y un perro que son parte de mi familia”, reconoce, señalando que “estar con ellos me desconecta y hacen bien, aunque entiendo que tienen ciclos de vida más cortos y me tengo que hacer a la idea de que en algún momento no los voy a tener más”.
Ya llegando al final de esta entrevista por demás movilizadora que tuvo sus momentos donde las lágrimas afloraban, le preguntamos que le pediría a la vida y tras una pausa, nos responde: “Obviamente que primero bienestar para mí y mi familia, pero más que pedir es un agradecer por todo lo que me ha dado, tanto lo bueno como lo malo”, señalando que “lo que, sí siempre pido, como acá en el Cuartel somos una gran familia y cada vez que salimos a una emergencia puede pasar cualquier cosas, el poder volver todos sanos y salvos”.
Quien escribe estas líneas tiene que reconocer que finalizó la entrevista tan movilizado como Ivana y luego de culminar la charla terminamos con un gran abrazo. Y uno agradece la posibilidad de que nuestros entrevistados nos abran su corazón y nos confíen sus historias de vida, permitiéndonos compartirlo con miles de personas a través de estas palabras escritas.
En esta ocasión pudimos conocer lo que hay más allá de ese uniforme y casco de bomberos que uno puede ver en cada salida de emergencia y ser parte de cierta forma, de una movilizante historia de vida repleta de entrega y vocación de servicio, como así también de gratitud.