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13 de Agosto de 2025

Pastor Rodrigo Busconi: "La fe y la comunidad son la clave para enfrentar la vida y sus desafíos"

Desde la localidad de El Bolsón, en plena Patagonia, el pastor Rodrigo Busconi lidera con compromiso la Iglesia El Faro, una congregación que tiene como pilares la fe, la esperanza y el trabajo comunitario. En una charla abierta con InfoCordillera, nos revela los detalles de su vida, sus luchas personales, su profundo llamado espiritual y la misión que lo llevó desde Buenos Aires hasta la Patagonia, donde hoy guía a una comunidad en crecimiento.

Sabado, 26 de octubre de 2024 a las 07:08

Rodrigo Busconi nació en 1975 en Buenos Aires, en el seno de una familia numerosa. Desde su niñez, la vida de Rodrigo estuvo marcada por situaciones difíciles. Sus padres se separaron cuando él tenía apenas 15 años, lo que generó un ambiente de tensión y conflictos que dejó profundas huellas en él y sus hermanos. "Crecí en un hogar complicado; había discusiones, peleas y un ambiente de maltrato emocional y verbal que nos afectó a todos profundamente. En ese momento, sentí que necesitaba algo más, aunque no sabía muy bien qué era", recuerda Rodrigo con sinceridad.

Su acercamiento a la fe llegó a los 17 años, a través de su hermano, quien también atravesaba un momento crítico. "Mi hermano empezó a congregarse en una iglesia y me habló de Jesús. En ese momento yo no lo entendía, pensaba que la religión era para las personas que estaban en situaciones desesperadas, para los que no querían vivir más, pero, al ver la paz que él comenzaba a encontrar, decidí abrir mi corazón", cuenta. Así comenzó su relación con la espiritualidad y una vida que, poco a poco, fue transformándose.

Tras doce años de crecimiento personal y espiritual en Buenos Aires, Rodrigo y su esposa decidieron trasladarse a la Patagonia, motivados por el amor que sintieron por el sur en su luna de miel. "Habíamos soñado con vivir aquí desde la primera vez que vinimos. Sentíamos que este era nuestro lugar", recuerda. Se instalaron en El Bolsón, donde Rodrigo se integró a la congregación de la Iglesia El Faro, liderada en ese momento por el pastor Benjamín Meister. Con el tiempo, el destino lo llevaría a asumir el liderazgo de la congregación en 2018, primero en El Hoyo y luego en El Bolsón en 2021. "Fue una gran responsabilidad, y al principio no me sentía completamente preparado, pero sabía que había sido llamado para esto y que Dios me daría las fuerzas", afirma.

Asumir la dirección de la Iglesia El Faro ha sido para Rodrigo Busconi un desafío y, a la vez, una misión profundamente satisfactoria. Bajo su liderazgo, la congregación ha crecido y se ha consolidado como un espacio de contención y apoyo para la comunidad. Sin embargo, él reconoce que el papel de pastor implica una gran responsabilidad. "Guío a un grupo de personas que esperan de mí un ejemplo y un acompañamiento. Es una carga pesada, pero también es una oportunidad de ayudar a los demás a encontrar paz y esperanza", expresa con humildad.

Recientemente, Rodrigo ha podido cumplir otro de sus sueños: la publicación de su primer libro, Sin Límites, una obra que recoge 365 reflexiones personales. "Nunca pensé que llegaría a escribir un libro. No tengo una formación académica extensa, y la escritura siempre me pareció algo muy lejano. Pero un día me di cuenta de que tenía cientos de audios grabados con reflexiones diarias, y me pregunté qué pasaría si los perdía. Sentí que debía dejarlos como un legado, algo que quedara para mis hijos y para la comunidad", explica. El proceso de creación de Sin Límites le llevó cuatro años de trabajo arduo, pero hoy se muestra orgulloso del resultado y de haber dado ese paso.

Uno de los temas que Rodrigo ha asumido como un desafío personal y comunitario es la prevención del suicidio. En una sociedad que enfrenta índices crecientes de problemas de salud mental y crisis personales, él ha liderado diversas campañas de sensibilización y apoyo. "Viví experiencias difíciles en mi familia, situaciones de intentos de suicidio que dejaron una marca muy profunda en mí", confiesa. Su madre, en medio de las tensiones y discusiones familiares, intentó quitarse la vida cuando él era niño. Su hermano, años después, también estuvo al borde de hacerlo. Esos momentos quedaron grabados en su memoria y lo motivaron a trabajar activamente en la prevención del suicidio.

"Desde la Iglesia El Faro organizamos talleres y charlas en los que hablamos abiertamente sobre el suicidio y ofrecemos apoyo a quienes lo necesiten", señala. Recientemente, la iglesia colaboró en actividades de concientización junto a la policía y otras instituciones en la región. “Es un problema que afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a jóvenes y adolescentes. No podemos quedarnos de brazos cruzados; tenemos que ser parte de la solución”, expresa Rodrigo. Además, hace poco realizó talleres de prevención y sensibilización en Trevelin, donde tuvo la oportunidad de compartir con la fuerza policial, que también enfrenta altos índices de suicidio debido al estrés laboral. “La primera causa de muerte en la policía no es el enfrentamiento con delincuentes, sino el suicidio. Eso nos habla de la necesidad urgente de contención y de hablar abiertamente sobre este tema", destaca.

Rodrigo se muestra comprensivo con quienes no se sienten atraídos por la religión o la espiritualidad, y su mensaje para ellos es uno de libertad y respeto. "Dios nos da el libre albedrío, y no podemos forzar a nadie a creer", afirma, al tiempo que recalca que él mismo ha experimentado el poder de la fe en su vida. "Dios ha sido para mí una fuente de fortaleza y de consuelo en los momentos más difíciles. Yo lo invito a cualquiera que sienta curiosidad o esté pasando por un mal momento a abrir su corazón. No pierden nada al intentarlo", sostiene. En su trabajo diario, Rodrigo busca ser una guía y un apoyo, recordando que la fe es una elección personal y que cada quien decide su camino.

Rodrigo termina la entrevista compartiendo su mayor anhelo: dejar un legado de amor y esperanza en sus hijos y en la comunidad. "Quiero que mis hijos puedan desarrollar su máximo potencial y que, al mirar atrás, sepan que hice todo lo que estaba a mi alcance por ayudar a los demás. Mi objetivo no es que me recuerden, sino que puedan decir que aporté algo bueno en el tiempo que estuve aquí", confiesa. Para él, el éxito no se mide en logros materiales, sino en el impacto positivo que se puede tener en la vida de otros.

Rodrigo Busconi, con su ejemplo, muestra que la fe y la voluntad de servir pueden ser una guía poderosa para enfrentar las adversidades y construir un mundo mejor.