La entrevista comienza con una pregunta que podría parecer sencilla pero que no es tan fácil de responder: ¿Quién es Rodrigo Sotomayor? Tras unos segundos de silencio, reconoce que “creo que es de las preguntas más difíciles de responder y no hay una respuesta rápida, ya que necesitamos de una introspección”, y finalmente expresa que “soy un comunicador que estuvo en muchos medios y hoy trata de abrir puertas para hacer el próximo paso”.
“Creo que hemos sido privilegiados en llegar a los medios en un momento donde era el coletazo final de una forma de hacer periodismo y estaba por llegar la era digital y pocos comunicadores tenían una fuerza y visión diferente. Formamos parte de esa ola y fuimos afortunados de vivir esa época”, señala, agregando que “actualmente la mayoría de los comunicadores son los propios vecinos que son los que nos aportan los contenidos y de hecho hay programas que están alimentados enteramente por ellos y uno solo es un nexo para que sus voces salgan al aire”.
Hurgando un poco en su pasado, nos reconoce que ya desde niño soñaba con hacer radio. “De chiquito, con los primeros radiograbadores que tenían mi mamá y mi papá, me la pasaba grabando cosas”, relata, reconociendo entre risas que “nos han retado muchas veces porque con tal de grabar, le borrábamos todo lo que ellos tenían”.
“En ese entonces, acá en El Bolsón solo estaba Radio Nacional y comenzaba a surgir Alas con Daniel Tornero y la gente que hacia los programas eran algo así como las estrellas del pueblo” rememora, señalando que “yo me acuerdo que mi papá trabajaba como docente y estaba en el gremio de la UnTER que tenía un espacio en Radio Nacional y yo lo acompañaba porque quería ver asombrado cómo era el tema”.
Luego llegó la época del secundario y el tema de los medios de comunicación impactó totalmente en su vida. Según nos cuenta, “me tocó un momento donde la educación era medio como un experimento, donde empezaban los CEM y había que hacer muchos talleres y por fortuna había mucha abundancia de propuestas. Fue así que me anoté en uno de radio que lo daban Marina Ruiz y Marcelo Muscillo, quien luego fue el Juez de El Bolsón”, agregando que “proponían crear una radio, entonces en los pasillos del CEM 10, durante los recreos se montaban dos parlantes grandes que habían comprado y se ponía música y era todo un evento para esa época, allá por los años 90”.
“Para ese entonces empecé a hacer mis primeros programas y no sé ni cómo llegamos a Radio Nacional en donde salíamos al aire los días domingo”, señala.
Entre los nombres de sus primeros programas radiales podemos encontrar, “Propuesta Joven” y ya en Nacional hacian “Dangerous”. “Por ese entonces sonaba mucho un tema de Roxette que se llamaba Peligroso y de ahí tomamos el nombre” explica, detallando que “conseguíamos la música en Bariloche ya que allí llegaba antes” remarcando que “hablamos de casetes y los primeros CD´s que comenzaban a aparecer”.
“Como ese programa no prosperó en el tiempo, presenté mi curriculum en Patagonia Andina que era la radio principal por esos años”, nos cuenta, recordando que “el mismo Ángel Morales, renombrado periodista de El Bolsón, me lo recibió y así empecé a poner al aire un programa de juventud los domingos y allí fue la primera vez donde tuve acceso a una computadora y empecé a ver como se podía mejorar el proceso del audio a través de esta herramienta” remarcando que “para ese tiempo no se usaba nada de computadoras para hacer radio, todo era una pila de casetes que el operador tenía que ir poniendo”.
“Años después, cuando me despidieron de ese lugar, eso provocó en mí el entender que debía ser creativo, entendiendo que uno tiene que sobrevivir en los medios con las herramientas que uno se va forjando”, enfatizó, remarcando que “fue cuando empezamos a crear para nosotros y entendimos que era mucho más fácil pelear por uno y abrir puertas que trabajar para otros”.
Quienes tenemos el privilegio de conocer realmente a Rodrigo, sabemos que es una de sus características: la de abrir puertas o generar oportunidades no solo para él sino también con la generosidad para otros. Sobre esto nos explica que “Yo espero que el otro que pase por el camino que vamos creando, haga huella y le abra la puerta a otros que vienen detrás”, reconociendo que “obvio que no todos entienden esta dinámica. No todos ven que el camino que hay que crear es el del estilo personal que es tu marca, tu sello, tu nombre y apellido que la gente reconoce. No es el medio de comunicación, es la persona lo que el público elige”.
Llevándolo de nuevo hacia su infancia, al preguntarle por algún recuerdo lindo que le venga a la memoria, nos relata: “Mayormente con mi hermana Natacha, con la cual me llevo poca diferencia de edad, hemos pasado gran parte de los trances que tuvo nuestra familia. Mi mamá y mi papá siempre fueron laburantes de tres turnos ya que era la forma que había antes de poder prosperar”.
“Recordando mi infancia me vienen a la memoria los viajes que hacíamos hacia Santa Fe que es de donde era mi mamá, donde íbamos en un Renault 12 que teníamos, haciendo 2.000 kilómetros y como éramos tres hermanos, nos acostábamos uno en el piso, otro en el asiento y el tercero en la luneta” detalla, indicando que “esos viajes fueron inolvidables y de esa época lo que más me quedó grabado fueron los abrazos de los abuelos que quizás hacía varios años que no nos veían”, señalando que “hoy día, con la tecnología en donde uno esté en contacto todos los días se ha perdido en parte esa emoción de los reencuentros”.
Indagando en otra parte importante de su vida, llega el punto de preguntarle sobre Anita, su hija que ya tiene 21 años y con un brillo especial en los ojos, reconoce que “los hijos son la extensión de uno y no hay forma de que si tus hijos están mal uno pueda estar bien y ella lo es todo para mí”.
“Anita ha pasado por todos nuestros cambios, porque no somos una familia tradicional por decirlo de cierta forma. Hemos pasado por muchos momentos, como separaciones, mi cambio de pareja en el rol de género y todas esas exposiciones públicas que debió soportar”, expresa, enfatizando que “uno es una persona pública, metida no solo en los medios, sino también en la política y nuestros hijos lamentablemente pagan un costo de exposición que no han elegido y sé que los afectamos con nuestras decisiones”.
“Creo que hubiese sido mucho más fácil el haber tenido una familia más tradicional, pero no fue así” reconoce, señalando que “por suerte, Anita siempre marcó un límite para que no estuviéramos tan apegados y fue ella la que dijo: hasta acá”, nos explica, remarcando que “tiene que ver con su crecimiento que ha tenido ya desde muy chica”.
Comenzando a dar un cierre a esta charla le consultamos sobre qué cosas le hacen bien en su vida, a lo cual expresa que “tener un desafío todos los días”, remarcando que “me hace muy bien estar ocupado. No concibo la vida sin proyectos a corto, mediano y largo plazo, aunque vayan cambiando con el tiempo”, reconociendo que “me gusta crear constantemente, estar haciendo ruido como para después, de eso poder construir algo”.
La última pregunta que le hacemos tiene que ver con que a donde se ve de acá al futuro. “Me imagino trabajando por muchos años más” señalando que “quiero hacer cambios en mi vida y me gustaría permitir vivir en otra ciudad. Me gusta mucho el clima primaveral, me gusta el mar, hasta hay otros países que me gustan mucho, pero es demasiado, pero creo que mi próxima etapa es lograr un equilibrio de lo que pueda emprender que me permita por ejemplo salir a caminar a la mañana y creo que por ahí va mi calidad de vida en el futuro, con otra dinámica de vida”.
A modo de cierre, podemos decir que Rodrigo Sotomayor es un gran generador de proyectos en lo que tiene que ver con medios de comunicación y su impronta es la gran generosidad que tiene de siempre incluir a muchas personas. Quien escribe estas palabras es uno de los que actualmente abraza el periodismo con pasión gracias a las puertas que él ha abierto, impulsando siempre a que cada uno forje su propio camino, su propia marca registrada. Por todo esto: ¡Gracias totales!