Esquel arrastra desde hace décadas una serie de condicionamientos urbanísticos vinculados a grandes extensiones de tierra en manos del Estado nacional. Predios ocupados por organismos como el Servicio Penitenciario Federal, el Ejército Argentino y Radio Nacional se encuentran dentro de la planta urbana o en zonas estratégicas para el desarrollo habitacional, turístico y comercial. Pese a los numerosos reclamos y proyectos que circularon en distintos momentos, la situación permanece sin cambios y genera creciente malestar.
Uno de los casos más emblemáticos es el de la Cárcel Federal de Esquel, un establecimiento de baja peligrosidad que quedó literalmente en el corazón de la ciudad. Durante distintos gobiernos se evaluó su traslado a las afueras —incluso se analizó la posibilidad de reubicarla en las inmediaciones del Parque Industrial—, pero nunca se concretó. Urbanistas y sectores productivos señalan que los terrenos que hoy ocupa la cárcel permitirían múltiples proyectos de crecimiento urbano, además de descomprimir zonas residenciales cada vez más densas.
La situación del Ejército Argentino no es menor. La fuerza mantiene amplios predios destinados a “prácticas”, como los campos en Laguna Willmanco, Tres Arroyos y el camino a La Hoya, áreas consideradas claves para un desarrollo turístico más integrado. Especialistas remarcan que estas zonas no resultan imprescindibles para actividades militares, que podrían trasladarse a espacios despoblados sin afectar su operatividad. El caso más controvertido es el del barrio San Jorge, considerado de facto el único “barrio privado” de Esquel, donde el Ejército posee viviendas y un casino de oficiales. El cierre perimetral no solo restringe la disponibilidad de nuevas tierras para loteos, sino que también impide la apertura de calles públicas, obligando a cientos de vecinos de sectores posteriores a realizar largos desvíos para ingresar o salir de la ciudad.
A este mapa se suma el predio donde se ubica la antena de Radio Nacional Esquel, otro espacio de alta sensibilidad por su ubicación estratégica. Técnicos y referentes del sector inmobiliario aseguran que allí podrían desarrollarse proyectos habitacionales o emprendimientos comerciales que hoy la ciudad demanda con urgencia. Sin embargo, no existe un plan claro para su eventual relocalización ni gestiones visibles para su cesión o aprovechamiento.
Con el avance urbano cada vez más limitado y una demanda habitacional en ascenso, la frustración entre los vecinos crece. Muchos ya no creen posible que los gobiernos nacionales o provinciales habiliten transformaciones sobre estos predios, aunque coinciden en que las administraciones municipales y los dirigentes políticos en funciones deben asumir el tema con seriedad. Para Esquel, advierten, el debate no es opcional: se trata del futuro urbano, turístico y económico de la ciudad.