La Fiscalía de Lago Puelo llevó a juicio un caso de abuso sexual intrafamiliar que conmueve a la comunidad. El imputado fue acusado de manosear a su prima durante una situación de convivencia, cuando la víctima tenía 13 años. Tras los alegatos, el juez pasó a deliberación y se espera que el próximo viernes se dé a conocer el veredicto.
En su alegato de cierre, la fiscal Débora Barrionuevo remarcó que este tipo de delitos son de difícil prueba, ya que no hay testigos presenciales, y pidió al magistrado que no pierda de vista que se trata de un hecho de violencia de género contra una niña. La joven, hoy mayor de edad, debió atravesar un proceso largo y complejo, marcado por dilaciones debido a la rebeldía del acusado, quien en varias oportunidades evitó presentarse ante la justicia.
El imputado cumple actualmente condena en Trelew por otros delitos —daños, lesiones, resistencia a la autoridad y tentativa de hurto— y fue trasladado a El Maitén para enfrentar el juicio. Durante su detención intentó fugarse, lesionó a un policía y provocó un incendio en la comisaría, hechos por los que se abrió una nueva investigación en su contra.
Los especialistas recuerdan que en la mayoría de los casos de abuso sexual infantil, los agresores pertenecen al entorno cercano de las víctimas: familiares, vecinos o personas de confianza. Se trata de situaciones muchas veces silenciadas por miedo, amenazas o sentimientos de culpa que atraviesan los niños y niñas.
Desde organismos especializados subrayan la importancia de prestar atención a posibles indicadores de abuso, como cambios bruscos de conducta, miedo injustificado, llanto frecuente, rechazo repentino hacia un familiar, o resistencia a bañarse o desnudarse. Recomiendan romper el secreto y dar aviso inmediato a la justicia para activar los protocolos de protección y asistencia.