En Argentina, la innovación tecnológica se une al aroma del café con BotMy Coffee, el primer robot barista completamente autónomo de Latinoamérica. Desarrollado por la startup local BotMy Solutions, este robot puede preparar un flat white, emulsionar leche y realizar arte latte con una precisión milimétrica, transformando la experiencia cotidiana del café.
Mariano Kot, CEO de BotMy Solutions, explica el origen del proyecto: “Queríamos que la robótica saliera del entorno fabril, que dejara de ser algo exclusivo de las líneas de producción. Y nos preguntamos: ¿cómo hacemos para que la gente experimente eso en algo tan cotidiano como tomar un café?”.
El primer módulo de BotMy Coffee estará operativo en septiembre en la Universidad de Palermo, ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, alma mater de Kot. Su funcionamiento es simple e intuitivo: el usuario selecciona su bebida preferida entre diez opciones disponibles en una pantalla táctil, realiza el pago digital y observa cómo dos brazos robóticos ejecutan la preparación. Uno se encarga de cargar y moler el café, mientras el otro tampea, emulsiona leche, sirve y decora la bebida con arte en la espuma, sin margen de error.
El robot utiliza brazos robóticos Epson, reconocidos por una efectividad del 99,99%, y todos los componentes fueron diseñados localmente para asegurar calidad, escalabilidad y un mantenimiento sencillo. “Cada componente fue pensado para poder escalar y replicar el modelo de manera eficiente”, detalla Kot.
Además de la mecánica, el equipo integró máquinas de café profesionales, adaptó molinillos y espumadores, y desarrolló un software propio que permite que el robot controle cada etapa del proceso. “Cada bebida puede personalizarse y siempre sale igual. Por eso nuestro lema es Exactly the same”, destaca el CEO.
El desarrollo de BotMy Coffee requirió una inversión superior a $400 millones y un trabajo conjunto de expertos en tecnología, programación y diseño. Junto a Kot, forman parte del equipo fundador Guido Trenti, CTO, y Leonardo Kot, CDO, responsable de la interfaz visual y la experiencia de usuario.
Este innovador módulo no es una cafetería tradicional, sino un dispositivo inteligente pensado para espacios con alto tránsito, como universidades, shoppings, aeropuertos o estaciones de servicio. Funciona de forma autónoma, sin necesidad de personal, y solo requiere 30 minutos diarios para reabastecer insumos como café, leche y vasos. El resto lo gestiona con monitoreo remoto y alertas automáticas ante cualquier problema técnico.
“Si pasa algo, el sistema emite una alerta automática y, si hace falta, interviene un técnico especializado”, explica Kot. La empresa también cuenta con el respaldo de Modobarista, proveedor de máquinas e insumos, para soporte adicional.
El modelo de negocio se basa en franquicias plug & play: la compra de un módulo incluye una unidad lista para operar como punto de venta automatizado. El precio ronda los $135 millones, aunque existe una opción de leasing a tres años con un anticipo cercano a $85 millones y opción de compra al final del contrato. Ambas modalidades contemplan soporte técnico, programación personalizada e instalación integral.
La inversión promete atractivos retornos, con márgenes estimados en un 67%, ganancias proyectadas entre $800 y $1.200 millones en los primeros tres años, y un recupero de inversión que varía entre 10 y 12 meses según ubicación y condiciones. “Lo pensamos desde el inicio como un formato escalable. Hoy estamos listos para producir más unidades, replicar el modelo y avanzar con franquicias”, asegura el CEO.
Además de la Universidad de Palermo, ya se negocian instalaciones en otras universidades, centros comerciales, estaciones de servicio y empresas navieras. El plan para el primer año es desplegar entre 3 y 5 unidades propias como prueba en diferentes contextos.
BotMy Coffee representa solo el comienzo para BotMy Solutions, que ya trabaja en otros robots de servicio, como un barman automático para tragos y cervezas artesanales, y estaciones de venta inteligentes para snacks. La visión es incorporar automatización con calidad y diseño en la vida diaria.
“Los robots ya convivían con nosotros, aunque ocultos en fábricas. Hoy están empezando a salir a la superficie. En 10 años va a ser normal verlos en cafeterías, hoteles, hospitales, incluso en casas. No para reemplazar personas, sino para liberar tiempo y sumar eficiencia”, concluye Kot.
Mientras tanto, BotMy Coffee sigue perfeccionando sus corazones de espuma, simbolizando cómo la tecnología puede ser cercana, estética y funcional. El próximo café que pidas podría ser la antesala de una nueva era en la que humanos y robots colaboran para mejorar la rutina cotidiana.