El Gobierno argentino se enfrenta al desafío de convertir una paritaria que incluye un aumento del 16% en una con un porcentaje menor. La meta es encarrilar los incrementos salariales dentro de la pauta del 1% fijada por el Ministerio de Economía. Además, se está presionando a sindicalistas y empresarios para reformular los convenios y evitar que sean homologados, lo que les quitaría la obligatoriedad del pago a todos los trabajadores de una actividad.
Uno de los casos que puede convertirse en un precedente es el acuerdo de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) y la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA). Este convenio contempla un aumento del 16% para el trimestre diciembre-febrero, superando la pauta establecida por Economía.
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, busca que otros sindicatos acepten renegociar acuerdos que exceden el 1%. En el caso de los Gastronómicos, se estaría evaluando extender la vigencia del 16% de aumento de 3 a 5 meses, como un gesto de buena voluntad. Sin embargo, el Gobierno no considera suficiente esta medida y busca una renegociación a la baja de los porcentajes establecidos.
Otro caso problemático es el de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), que acordó un aumento del 11,4% para el período octubre-diciembre. Aunque la mayoría de las empresas ya lo han pagado, el Ministerio de Trabajo se niega a homologarlo por no ajustarse a la baja inflacionaria. Se está evaluando la posibilidad de reformular este convenio para cumplir con la pauta establecida por Economía.
En contraste, el Gobierno celebró el aumento salarial logrado por la Federación de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERyH) liderada por Víctor Santa María. Este convenio consistió en una mejora del 3,3% en dos tramos para enero y febrero, en línea con la pauta de Economía.
Por último, el sindicato más complicado de negociar es el de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que todavía no ha logrado llegar a un acuerdo con los empresarios. El reclamo original era un aumento del 18,71% para el período noviembre-marzo, junto con un bono. A pesar de que parecían estar acercando posiciones, el Ministerio de Trabajo detuvo el acuerdo por no ajustarse a la pauta oficial.
El Gobierno se prepara para un escenario aún más complejo en 2025, cuando se espera una inflación consolidada cercana al 1% mensual. En este sentido, la Secretaría de Trabajo buscará estimular la discusión de mejoras salariales en función del aumento de la productividad, e incluso promoverá la firma de convenios por empresa en lugar de por actividad. Esta descentralización de las paritarias busca adaptar las negociaciones a las necesidades y posibilidades de cada empresa, e incluso regionalizar la discusión económica del país.
En resumen, el Gobierno argentino se encuentra ante el desafío de reducir porcentajes de aumento en las paritarias, respetando la pauta del 1% fijada por el Ministerio de Economía. Se llevan a cabo negociaciones con diferentes sindicatos y empresarios para reformular los convenios y evitar que sean homologados. La idea es adaptar las negociaciones salariales a la realidad económica del país, descentralizando las paritarias y fomentando la discusión en función del aumento de la productividad.