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3 de Octubre de 2025

Asbesto en las redes de agua: el caso de Villa La Angostura y la incógnita sobre la región

La presencia de más de 3.200 metros de tuberías con asbesto-cemento en Villa La Angostura encendió una alarma regional: ¿Cuántas otras localidades patagónicas podrían seguir dependiendo de este material prohibido y qué riesgos implica para la salud de sus habitantes?

Por Redacción

Viernes, 03 de octubre de 2025 a las 08:54

El caso de Villa La Angostura ya está confirmado. Esto plantea una inquietante pregunta: ¿Cuán extendido está este problema en la región cordillerana, y más ampliamente en pueblos de la Patagonia?

Algunas hipótesis y posibles escenarios:

  • Muchas localidades crecieron en la segunda mitad del siglo XX utilizando materiales industriales que hoy están vedados o regulados estrictamente, entre ellos el asbesto.

  • Las redes de agua instaladas hace décadas, sin mantenimiento adecuado, pueden seguir operativas con materiales obsoletos.

  • En localidades remotas, la falta de presupuesto, de conocimiento técnico o de fiscalización puede haber impedido la detección o el reemplazo de estas cañerías.

  • No existen hasta ahora, públicamente divulgados, estudios sistemáticos que cubran toda la región para identificar dónde más hay asbestos en las redes de agua.

Lo que falta

  • Inventario regional: Un relevamiento oficial que identifique cuántas localidades tienen redes con caños que contienen asbesto.

  • Evaluaciones de riesgo sanitario específicas por localidad, que incluyan análisis del agua y seguimiento de posibles enfermedades relacionadas.

  • Presupuesto y plan de acción priorizado para reemplazar estos tramos de cañerías, especialmente los más antiguos o los que están en peor estado.

  • Políticas públicas que posicionen este problema en la agenda municipal y provincial como una cuestión de salud, no simplemente de infraestructura.

Conclusión

Ya no es solo la pregunta de si existe el riesgo, sino de cuántos pueblos ya lo padecen sin saberlo, cuántos habitantes están expuestos y cuánto tiempo transcurrirá hasta que se actúe.

Este problema requiere —y merece— una respuesta coordinada, transparente y urgente. La salud de las poblaciones rurales y cordilleranas depende, en parte, de que el agua que beben no lleve consigo nuevo peligro en su recorrido oculto bajo tierra.