La fotinia se destaca como una opción preferida para cercos vivos y decoración en la región patagónica, especialmente en Neuquén y el Alto Valle. El paisajista Javier Raffo describe esta planta como un arbusto perenne que combina hojas verdes con tonos rojizos, aportando un atractivo visual único.
Este arbusto puede alcanzar una altura de hasta cuatro metros en seis años, gracias a su rápido crecimiento. Además, es muy versátil: se usa tanto para formar cercos vivos como para decorar jardines o incluso como un árbol pequeño de vereda, que no supere los cinco metros de altura. Para lograr este último, se poda el tronco principal y se moldea la planta con podas sucesivas para darle forma.
La fotinia es resistente a diferentes tipos de suelo, ya sean ácidos o alcalinos, aunque prefiere aquellos que drenen bien y contengan buena composta orgánica. Su vigor aumenta notablemente a partir de los tres o cuatro años de vida, momento en que su crecimiento se acelera.
Durante la primavera, especialmente los ejemplares más maduros, florecen con pequeñas flores blancas que atraen abejas, aunque no poseen un aroma fuerte. En cuanto a su ubicación, la planta tolera bien la sombra pero desarrolla su máximo esplendor bajo el sol, donde su crecimiento vertical en forma de bloque es más marcado.
Sobre los cuidados, Raffo recomienda plantar la fotinia en estaciones medias para evitar el estrés por temperaturas extremas, considerando que muchas plantas llegan desde Buenos Aires y deben adaptarse al clima local. En general, puede plantarse casi en cualquier época si está en maceta, mientras que los árboles suelen conseguirse a raíz desnuda en invierno.
Respecto al riego, la fotinia es tolerante a la sequía, pero responde favorablemente a un aporte regular de agua, lo que favorece su desarrollo y vigor.
Para quienes deseen más información o adquirir esta planta, el contacto es @viveroraffo, especialista en el cultivo y paisajismo con fotinia en la Patagonia.